Un nuevo comienzo |yuwin| Parte 1 (Reescribiendo)

Capítulo 6: La realidad

Abril 13

Francamente la tranquilidad que me había estado rodeando me hacía tener un poco de esperanza ante el futuro, por un momento parecía que afrontar la naturalidad de mi vida se volvería algo más sencillo pero no creo llegue a ser así.

Llevaba ya media cajetilla de los cigarros  más baratos que pude comprar y aún con mi nula fe a algo supremo rece durante todo el camino para evitar encontrarte.

La vergüenza calaba hasta mis huesos y sólo pensar en que tendría que decirte toda la verdad me aterraba más que cualquier otra cosa.

Claro que era inútil intentar ocultar algo tan nefasto y cuando escuché sonar esa campanilla por encima de la puerta, todo mi cuerpo se tenso. Corrí al almacén y sólo pude respirar cuando la voz que escuche no era la tuya.

"-¿Qué sucede?-pregunto Hanna
-Si es que Sicheng llega a venir dile que fui a hacer alguna entrega-respondí-inventa algo. Por favor"

Ni siquiera ella aprobaba la idea pero me apoyó.

Más tarde llegaste y sólo pude escucharte desde la parte de atrás, Hanna no dijo nada; Sólo quería dejar de esconderme, tomarte en brazos  y sentir por un momento que todo podría estar bien.

Pero no soy tan valiente como me suelo creer...

Cerré la tienda y justo cuando coloque mi último cigarro entre mis labios te paraste frente a mi, deje caer el encendedor y sólo me concentre en esa mirada llena de angustia. Quise tapar mi rostro pero fue imposible.

Te acercaste, con sumo cuidado tocaste mi mejilla y a pesar del dolor que causó, hace mucho no sentía un toque tan sutil y calido como lo fue ese.

Por fin te hable con la verdad, aún con la vergüenza que me generaba el golpe en mi rostro y el incesante malestar de vivir con alguien alcohólico.

Creí por un momento que me llenarías de palabras plagadas de lastima o que sólo te marcharias sin embargo, fue todo lo contrario.

"Confía en mi, por favor" dijiste.

Ahora confienzo que quise llorar y abrazarte pero sólo mostraría más mi debilidad.

Caminamos hasta la farmacia, y compraste un tipo de ungüento que sirvió para bajar la inflamación y un poco el dolor; Nos sentamos justo afuera, en plena calle y comenzaste a aplicarlo.

Ver tan cerca tus finas facciones y percibir las últimas notas de perfume que quedaban en ti me impulso a besarte, fue tan repentino que logre ver la sorpresa en tus ojos, segudos sólo un par de segundos en los que sentí tus labios junto a los mios pero fui tan cobarde que en seguida me puse de pie y corrí lejos de ahí. ¿Con qué cara voy a verte después de esto?