Abril 17
Como cada sábado debo cumplir con el trabajo sabiendo que en ningún momento del día el sonido de la campanilla será por ti. Volviendo todo nostálgico, aburrido y muy lento.
La tarde transcurría sumamente serena, era incluso tedioso saber que el tiempo pasaba tan despacio y que ni un mensaje tuyo tenía.
Eran casi las cinco de la tarde cuando Hanna mencino una entrega de urgencia a cuarenta minutos de ahí, cargué la camioneta con una variedad de flores a temporada y tome rumbo.
Mientras manejaba y en la radio sonaba una canción que me recordo a ti, tome mi celular y te envie un mensaje el cual no sé porqué no contestaste.
Al llegar a la entrada del lugar, sólo pude silvar del asombro que me daba dicha casa pero era de esperarse ante el vecindario en el que me encontraba, ni en dos vidas podría costear algo así.
Incluso el recorrido a la entrada era algo que uno se podría detener a apreciar; un abundante y bien cuidado césped rodeaba la casa y como en cualquier película un camino de pequeñas flores te guiaba.
Toque el timbre de la casa y una señora de mediana edad me abrio la puerta, le hice firmar de recibido y comence a llenar el espacioso y bien adornado salón de flores. Curioso pregunte el porqué tantos arreglos, la respuesta era algo que muy comúnmente recibía: regalos del esposo (seguro olvidando algún anirversario).
Justo cuando dejaba el último arreglo de crisantemos, flores que me recordaban profundamente a Sicheng, un ruido detrás me hizo dar un brinco pues en ese momento creí estar solo. Al darmen vuelta una sorpresa me llevé, estabas parado justo frente a mi.
Llevabas lo que parecía tu pijama, con el cabello aún alborotado y la nariz roja. Juro que estuve por correr hacía ti pero el lugar y la situación me lo impedían, sin embargo mi fin de semana se había convertido en algo especial.
El unico inconveniente es que lo rojo en tu nariz era por estar enfermo, me acerque a ti con tal naturalidad a tocar tu frente y afortunadamente no tenías fiebre. Me hablaste acerca de tus padres y la relación con todas las flores mientras nos dirigiamos a tu habitación.
Debo admitir que estuve nervioso de estar a solas contigo pero verte así de cansado sólo me generaba el querer cuidarte. La señora de antes te llevó de comer junto a las medicinas que debias tomar, a regañadientes logre que comieras la sopa y me quede un par de horas entre vídeo juegos y trastabilleos de palabras tuyas, al parecer eres muy susceptible a los medicamentos, Sicheng.
Una vez que comprobé estuvieras dormido y no tuvieras fiebre, deje un beso en tu frente y salí de la habitación con el rostro colorado ante el acto, sé que nunca lo sabrás pero eso no quitó que estuviera avergonzado.
"Mañana volveré" te escribí en un papel.
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Un nuevo comienzo |yuwin| Parte 1 (Reescribiendo)
FanficYuta había encontrado aquello que todos conocemos como felicidad sin recordar que esta sólo es un sentimiento efímero