EMILIA
León había vuelto debido al trabajo de su papá. Después de hablar un rato más con él, volví a la residencia a arreglarme porque hoy había una fiesta en la playa para darle la bienvenida a los nuevos estudiantes. Me amarre el cabello en una coleta y me puse un poco de brillo en mis labios, me decidí por un vestido blanco que se ajustaba a mi figura pero no mostraba demasiado. Me gustaba verme bien pero también sentirme cómoda así que era perfecto para la ocasión.
—Lista?! —Dijo Machu entrando a mi habitación junto a Keiko
—Si —dije sonriente
—Tú ver linda —dijo Keiko
—Ustedes no se quedan atrás —dije dándole una vuelta a cada una
Quizás no conocía mucho a Keiko pero había algo dentro de mí que me decía que podía confiar en ella, y aunque me costara le daría la oportunidad. Solo esperaba no equivocarme.
[...]Cuando llegamos a la playa la fiesta ya había comenzado, la música estaba a todo volumen, había gente bailando, otros estaba sentados en la fogata, pero por sobre todo había alcohol por todas partes. A lo lejos pude distinguir a León quien no estaba solo, a su lado se encontraba Ulises. Me sorprendió un poco verlos hablando tan animadamente ya que él sabía lo que me había echo
—Hola —dije interrumpiéndolos
—Hola —dijeron al mismo tiempo
—Machu, Keiko él es León mi amigo de Inglaterra. Keiko él es Ulises
—Un gusto —dijo Machu mirando detenidamente a León
—Vamos por algo de beber —dijo León a Machu y a Keiko. Sabía perfectamente que quería hacer y ya me las pagaría. Mientras se alejaban pude ver cómo Ulises se debatía entre sí hablarme o no
—No muerdo —le dije para cortar la tensión mientras le quitaba su vaso con alcohol y lo bebía
—Lo siento —dijo de repente
—No te preocupes, sé que es raro estar aquí conmigo después de tanto tiempo
—No me refería a eso. Lamento no haberte defendido. Lamento haberte dejado sola cuando más me necesitabas. Era tu mejor amigos y te abandoné —sus palabras me tomaron por sorpresa, no espera escuchar eso
—Sabes lo que me dolió fue que no llamaste, no escribiste cuando supiste toda la verdad. Si lo hubiese echo te habría perdonado, me habría costado pero hubiese tratado —le dije conteniendo las ganas de llorar
—Lo intente... Pero me bloqueaste de las redes y cambiaste de número. Intente pedirle a Nate tu número nuevo pero se negó a dármelo. Dijo que era mejor que te dejáramos tranquila, que ya te habíamos echo mucho daño. Y en es momento creo que tenía razón. Quizás debí seguir insistiendo.
Conocía a Ulises muy bien para saber que era verdad lo que me estaba diciendo y podía ver en sus ojos que enserio estaba arrepentido. No sería fácil retomar nuestra amistad pero lo extrañaba. Lo conocía desde pequeño, nos habíamos criado juntos y todos cometemos errores. Quizás lo mejor era perdonar y empezar de nuevo
—Te perdonó. Todos nos equivocamos. No va a ser fácil que vuelva a confiar en ti pero vale la pena intentarlo —le dije y me acerqué a abrazarlo
—Te extrañe —me dijo
—Yo igual
—Pero miren a quienes tenemos aquí —dijo Silverio quien veía junto a una chica que no conocía.
—Ya se reconciliaron —preguntó
—Si —dijo Ulises con una sonrisa
— Y para cuando yo? —dijo Silverio
—Cuando pidas disculpas —dije riéndome. Silverio nunca fue tan cercano a mi, lo conocía porque era amigo de Claudio, me caía bien. Pero nunca espere nada de él
—Lo siento por ser tan idiota y no haberte defendido —dijo arrodillándose. Me causo gracia verlo haciendo el ridículo para obtener mi perdón.
—Esta bien pero ponte de pie — dije mirando a nuestro alrededor. Quizás era tiempo dejar el pasado atrás y concentrarme en mi presente. Y que mejor perdonar a quienes nos hacen daño. Sabía que de verdad lo sentían. No podía juzgar sus acciones no era quien. Lo único que esperaba era que no me volvieran a decepcionar.
—Entonces salud por un nuevo comienzo! —dijo Silverio dándome un vaso de tequila
—Salud —dije y me lo tome
Estamos bailando junto a los chicos. De verdad los había extrañado, no habíamos parado de reírnos de antiguas anécdotas. No sabía cuántos trago me había tomado pero aún era consiente de lo que hacía.
La diversión se acabó cuando aparecieron ellos. Claudio y Antonia quienes parecían sorprendidos de vernos a todos juntos. Pude ver cómo Antonia ardía por dentro. Todo lo que me había arrebatado en cuatro años yo en un día se lo volví a quitar.
Sabía perfectamente que fue ella la que manipuló las cosas para que todo el instituto pensara que había sido la responsable de los mensajes. Pero no había dicho nada porque no me interesaba quitarle nada. Ella moría de envidia por todo lo que yo tenía y había echo hasta lo imposible por arrebatármelo. Y lo había logrado. Lo único que quería y ella tenía era aquel chico de ojos azules.
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TE PIDO PERDÓN
Fiksi PenggemarElla lloró por ella misma, para ella. Lloró por sus heridas, por sus fracasos, por decepción, por la explicación que trató de darles a personas que no lo merecían. Lloró por humillarse, por confiar. Lloró por darse cuenta que su única amiga era e...