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Lance llegó y lo primero que hizo fue dirigirse a la ducha.
Abrió el grifo tras quitarse la ropa y acercarse al espejo. Vió reflejado su cuerpo. Tan moreno, bien cuidado y seductor. Seamos sinceros, ese cuerpo derretiria y fomentaria las fantasías sexuales femeninas y las masculinas. Aunque ahora parecía estar un pelín más delgado, ese cuerpazo haría mojar cualquier tipo de ropa interior.
Lance, tras asegurarse de que el agua estaba calentita, entró en la ducha.
Allí se percató del mareo que llevaba encima. Comenzaba a encontrarse una vez más un poco mal.
Tosió y escupió hacía el desagüe. No quiso mirar si su saliva volvía a tener ese tono marronaceo tan raro.
Se lavó el cuerpo y el pelo y, tras secarse y salir del baño, se puso un pijama.
No iba a salir a ningún lado.
No quería saber nada de nadie.

Tosió de nuevo.
Se empezaba a encontrar mal otra vez.
Necesitaba a alguien que pudiese confirmar que sí, que no estaba loco y tenía febricula.
Cogió su móvil y por incercia buscó el número de Keith. Para su sorpresa tuvo que frenar en seco: no se hablaban. No entendía por qué, bueno, si lo entendía. Pero se estaba exagerando el asunto... o no... el que sabía.
Marcó otro número que le sirviese de ayuda.

-¿Vero?

-Hombre, mira quien decide llamar... -murmuró una voz femenina.

-Cállate y ven a mi casa. Me encuentro mal.

-¿No puede ir otra persona? - Lance 
sintió eso clavarse como un puto dardo en lo más profundo de su pecho.

-No, no hay otra persona. -murmuró.

-Vale. -alargó esa "a" en señal de pereza. -¿Necesitas algo?

-No.

-Estoy allí en un poco. -colgó y Lance suspiró.
Un cigarro, va, que no pasa nada.
Se dió el capricho de encenderse uno. Pensó en Keith: sus manos en su pecho, su boca tirando humo sobre la ajena, su sonrisa, su smiley... Ahora Lance les había tachado sin querer de ligón y tal vez infiel. Pero no, infiel no. No por que no eran nada. Nada de nada.
Amigos que follan. Punto.
Al rato llegó Verónica.

Keith continuaba en la salita. Decidió salir tras una larga hora mirando el móvil y fumándose varios cigarros.
Se encontró a Shiro hablando con Allura.
Allura miró a Keith y con una sonrisa se dió por saludado. El coreano más joven se sentó en la silla de recepción y se puso los cascos. Allura continuó hablando con Shiro.

-¿Qué le pasa? -murmuró Allura.

-Yo que se. -murmuró Shiro. -Esta tonto hoy. Hoy y ayer y hace un mes...

-Madre mía... -Allura sonrió. Y recordó a Lance. -¿No está hoy con Lance? La última vez estaban juntos.

-No, parece que no.

-Vaya dos. Uno enfadado y otro recordando el pasado. -Shiro frunció el ceño.

-¿Que?

-Ayer Lance me hizo ir a verle y me pidió volver, por que éramos pareja hace ya tiempo. -Shiro abrió sus ojos y alzó sus cejas sorprendido. -¿Que pasa?

-No... no nada. -miró a Keith. -No se que les pasa a esos dos. -Allura suspiró y con una sonrisa se despidió.

-Nos vemos. -Shiro le devolvió la sonrisa y la despedida. Miró a Keith una vez Allura se alejó del local. Mejor no decirle nada, pensó.

Verónica le quitó el termómetro a Lance una vez empezó a pitar.
Su hermano, con un cigarro entre los dedos y tumbado de lado, miraba un punto fijo.

-No tienes fiebre... -murmuró.

-Pues me encuentro mal. -se quejó mientras acercaba su cigarro a sus labios. Verónica se lo arrancó de ellos. -¿Eres tonta?

-Tonto tú con la mierda de fumar.

-Es lo único que me despeja la mente. Déjame. -gruñó. Se tapó todo el cuerpo, cabeza incluida.

-¿Despejar la mente? ¿Que pasa por la cabecita de Lance McClain? -murmuró sonriendo. -Como es ella, venga, cuenta. -Lance esbozó una nueva triste bajo las sábanas.

-No hay nadie. Nunca lo ha habido. -cerró sus ojos y trató de volver esas palabras realidad.

-Que aburrido eres. -murmuró. -¿Necesitas que me quede? -Lance se destapó hasta la zona de los hombros.

-No. Si no tengo fiebre no. Para qué.

-Vale. Si necesitas algo llámame. Y si no también, que pasas de nosotros mucho. -beso la frente de su hermano y acto seguido la golpeó.

-Cállate imbécil. -dijo con una sonrisa el moreno. Tras decirle adiós se acostó en la cama. Miró de nuevo un punto fijo.

Quería a Keith a su lado mierda.
No podía sacarlo de su cabeza.

Mientras Keith continuaba tras el mostrador, trabajando o haciendo vete tú a saber que, sudandosela la reputación que estaba cogiendo.

Bad Reputation  // Klance AU!Tattoo Artist  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora