siete🌷

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Hoy terminaba el partido de vuelta de la Libertadores con Independiente, ganamos 3-1.

Feliz por la victoria fui a saludar a los jugadores, especialmente a Nacho que hizo el primer gol, y le pasé las llaves de mi consultorio a Cielo.

Mientras esperaba afuera de los vestidores vi a varios familiares, pero los que más me llamaron la atención fueron dos nenes con una mujer de unos 30 años.

La sala se llenó y los jugadores empezaron a salir, felicité a Borré y Armani que me conocieron y se fueron con sus seres queridos.

Mientras abrazaba a Morita, vi a Nacho alzando a sus hijos y después besando a la mujer.

Bien, bueno, están los hijos, no pasa nada.

Él todavía no notaba que yo estaba ahí, y cuando lo vi yendose sólo a la zona administrativa y médica, lo seguí.

Creo que fue lo peor que pude haber hecho porque vi cuando entró en mi consultorio, y también vi cómo se besaba con mi hermana.

Los ojos me lagrimeaban porque hablé desde el primer momento con Cielo de lo bien que me hacía sentir Nacho y ésta fue la peor traición que pude haber vivido.

Con angustia y bronca, vi que por atrás mío pasaba Gonzalo, y sabiendo que a Cielo le iba a doler tanto como a mí, lo besé.

Lo que no esperaba era que el Pity siguiera el beso, me agarró de la nuca y me acercó más a él besandome con más intensidad.

-¿Qué te pintó Marianella? -escuché decir a mi gemela. Gonza se separó rápido de mí y se fue siguiendo a Cielo al darse cuenta que yo no era ella.

Tomé las llaves que estaban en el piso y levanté la vista para ver a un Nacho confundido, él se quiso acercar a mí pero yo pasé por su lado y entré a mi consultorio cerrándolo con llave.

-Mar, -empezó mientras tocaba la puerta con suavidad- abrí y hablemos como los adultos que somos. Lo que viste no es lo que parece.

-Andate y no me vuelvas a hablar, por favor -dije conteniendo el llanto.

Escuché que suspiraba y yo me senté en el sillón chiquito del consultorio.

Mientras escuché que dijo: -Me tengo que ir porque me esperan mis hijos y mi mujer -yo rodé los ojos y saqué pañuelitos de un cajón para secarme la cara porque estaba lagrimeando-, pero vos y yo vamos a hablar.

Escuché que se alejaba y fue ahí cuando me permití llorar.

Agarré mi celular para llamar al único que me podría entender en un momento así.

-¿Mar? -contestó Germán la llamada.

-Eu, ¿estás ocupado? -le pregunto.

-Estaba acomodando las cosas para ir a entrenar, ¿pasó algo? -me consultó mi mejor amigo.

-¿Te acordas lo que te conté del tipo éste que me encanta?

-Scocco, sí, ¿qué te hizo?

-Lo vi comerle la boca a Cielo -dije mientras se me quebraba la voz.

-Ah bueeeno, pero es tremendo gil -dijo para después suspirar-, olvidate de él negri, no vale la pena el tipo.

-Pero, mi hermana, ¿entendes? Anda con la que quieras pero con ella no, no sabes como me duele -dije llorando ya sin poder contenerme.

-Escuchame gorda, anda con tu viejo para su casa y me llamas de ahí que yo te contesto. Tranquilizate un poco, no estés sola por favor -estuvo en silencio un rato y después habló-, te quiero Mar, y te conozco, no te aisles porque va a ser para peor.

Yo asentía por más que él no me pudiera ver y antes de cortar le dije que yo lo quería más.

Hice lo que me dijo y me fui a buscar a mi papá para poder irme.

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estoy manija y tengo mucho miedo

SISTERS } nacho scoccoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora