dieciséis🌷

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Me despierto con tremendo dolor de espalda y con un quilombo que no puedo ordenar hasta no terminar mi trabajo.

Ésta semana el trabajo estuvo pesado para todos ya que se viene la ida de la final contra nuestro clásico rival, la cuál es mañana.

Los jugadores ya están en Cardales concentrados. A mí me dieron la opción de ir con ellos para trabajar más de cerca, pero preferí quedarme en casa y mandar mis instrucciones desde acá, no quería generar ningún problema a nadie estando allí.

Busco con la mirada a ver dónde dejé mi celular para ver la hora y veo que ya son las nueve de la noche.

Me doy una ducha rápida, me cambio y salgo de mi departamento.

Camino algunas cuadras hasta llegar a una pizzería a la que vengo cuando no quiero cocinar ni limpiar.

Mientras espero mi comida, leo noticias del mundo del deporte y en lo único que puedo pensar es que Nacho no va a jugar por la lesión que tiene desde aquel entrenamiento.

Lo único que todos esperamos es que pueda llegar al partido de vuelta al menos, se lo merece ya que durante toda la copa hubo mucho mérito de su esfuerzo.

Termino de comer y vuelvo a casa a terminar mi trabajo y dormir temprano.

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Llego antes del desayuno donde se encuentra el más grande y me pongo a trabajar para cada uno de nuestros jugadores, hoy todos estamos algo nerviosos.

Hablo con mi papá y Gallardo varias veces pero evito cruzarme con algún jugador durante toda mi estadía en el lugar.

Un rato antes de que nos avisaran para subir a los transportes, recibo un mensaje de Borré pidiendome que vaya con ellos para tranquilizarlos.

Le respondo que lo mejor para mí y para otros, es que vaya por separado junto con el cuerpo médico.

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Y sucede lo que nadie quería que suceda, el partido se pasa para mañana por culpa de la lluvia.

La cancha está inundada y no tardan en salir las cargadas de los hinchas de River con fotos de inodoros simulando ser la bombonera, y yo no voy a mentir, me reí con varios.

Repito el proceso de ayer, me quedo en la tranquilidad de mi casa y salgo a comer algo por ahí. Pedí un poco de comida de más, supongo que pueden ser nervios u ansiedad.

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Entonces ahora sí, es el día del partido.

Vamos de visitantes y como no hay tribuna, tengo uno de los más grandes privilegios al trabajar en el club que amo, poder hinchar desde adentro con el resto de cuerpo técnico, médicos y suplentes.

El partido empieza y veo a mi viejo en un rol que él no quiere ni dice merecer.

Yo me acomodo bien para lo que se viene y por ahí tiramos comentarios con Sandra.

33' minutos del primer tiempo y aparece el primer gol del partido por parte de ellos.

Borré saca la pelota, se la pasa al Pity que se la da a Pratto y gol del oso.

El corazón me salta del pecho y yo salto a abrazar a Juanfer para festejar que todavía estamos vivos.

Antes de que el primer tiempo termine, ellos vuelven a hacer gol por falla en la defensa del tiro libre.

Y cuando se cumplen los primeros 45+3', el cuerpo técnico junto con el plantel se meten al vestidor.

Yo, en cambio, me desvío al baño.

Me mojo la cara y la nuca porque me siento levemente mareada y completamente nerviosa, se me revuelve el estómago y cuando menos me lo espero estoy corriendo a vomitar en un lugar que no sea el piso.

Estoy sola en el baño porque las mujeres del equipo nos contamos con los dedos de una mano y supongo que ellas no debían tener necesidades.

A los minutos me recompongo, me lavo la cara y me meto un chicle a la boca para pasar el mal sabor de la bilis.

Cuando salgo veo que ya todos están en la cancha y me apuro a llegar al banco.

El partido ya había empezado y miro a mi alrededor viendo que no hubo ningún cambio.

El segundo tiempo me la paso cerrando los ojos por el dolor de cabeza que me estaba dando, lo que causó que no viera el gol en contra que nos dejó en 2-2 a los 60' de juego.

Doce minutos después el banco se mueve y entra Bruno por Enzo. A los 75' la segunda amarilla para el colombiano en juego hace que Rafa no pueda jugar la vuelta en el monumental y me frustro tanto como él.

Lo veo hacerle una seña al arbitro y niego mirando para otro lado, lo llega a echar y creo que me muero.

Dejo de prestar mucha atención al partido y me recuesto en el asiento esperando a que concluya porque no doy más.

-¿Todo bien, Mar? -escucho a un lado. Morita me mira preocupado.

Yo le sonrió y asiento.

-No es nada Rodri, son los nervios -le contesto.

El sonríe y vuelve a mirar el partido. Es un amor, siempre para todos.

El árbitro marca el final del segundo tiempo y siento que todos ya están pensando en el partido que viene, yo estoy concentrada en llegar a mi cama a dormir.

Pero antes, en los pasillos me cruzo a un Borré de mal humor.

-¡Rafa! -le grito para que me escuche en medio del bullicio.

Él se da vuelta y me mira, espera a que llegue a su lado y me abraza. Yo lo abrazo de vuelta y paso mis manos por su espalda, aunque en un momento siento que alguien pasa por atrás de él y lo empuja levemente.

Él no le da importancia pero yo levanto la mirada de su hombro y veo a Nacho ya de espaldas alejándose de nosotros.

¿No piensa cambiar su actitud?

espero q la sub20 le gane a uruguay xfa

SISTERS } nacho scoccoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora