-Ⅳ-

319 40 7
                                    

A V I S O
Este capítulo contiene una escena un tanto grotesca.
Sabiendo esto:
Disfruten de la lectura.

Tik tak tik tak tik tak tik...

La cuenta atrás que hará que la bomba explote está en marcha. Sonaba y sonaba en la cabeza de Akaashi, no se deten--

Silencio.

Una sonrisa macabra.

Sangre.

Cuerpos mutilad--

Keiji se despertó de golpe, sudor frío recorría toda su frente. Observó el reloj. Eran las seis menos diez de la mañana. A su lado, Kou dormía plácidamente.
Sonrió al verle, le calmaba.
Este abrió los ojos y le miró como si estuviera diciendo «buenos días».

Akaashi bajó al comedor, ya preparado, para desayunar.
Se sentó al lado de su madre y pusieron las noticias.

—Buenos días mamá —saludó y le dio un beso en la mejilla.

—Buenos días Keiji —Sonrió.

«El asesino en serie conocido como "Joker" ha vuelto a actuar. Informamos de que...»

La señora Akaashi suspiró y miró a su hijo con mucha preocupación. Keiji la cogió de la mano y la aseguró de que todo estaba bien.
Era mentira, durante esas semanas la gente estaba muy alarmada y todos se aseguraban de llegar a casa antes de las nueve.

"Joker" mataba sin tener un objetivo fijo. Los investigadores no encontraban ningún tipo de relación entre la víctimas. Siempre dejaba clavada en el cuerpo de la víctima una carta del joker, de ahí su nombre.

Tik tak tik tak tik tak tik...

Akaashi comenzaba a ponerse nervioso. El asesino cada vez se acercaba más a la zona donde vivía y, obviamente, no era bueno.

Llegó a la escuela. El ambiente estaba más podrido que de costumbre, pero el acoso seguía. Estaba más que harto y frustrado.

El transcurro del día fue muy normal. Algunas menciones del Joker por ahí y por allá, pero nada fuera de lo común.
Akaashi miró por la ventana, el cielo estaba cubierto de nubes grisáceas. Suspiró, la lluvia se veía deprimente en ese momento.

El final de clases llegó rápido y pronto las clases ya estaban vacías.
Keiji debía darse prisa si quería llegar a casa antes de las nueve. Menudo día para tener que hacer compras...

El pelinegro salía de la tienda de ultramarinos con bolsas de tamaño exageradamente grandes —que parecían no pesarle ni un poco—, su mirada se fijó en cierto libro de un escaparate y no dudó ni un segundo en entrar a la librería.
No contaba con que se le estaba haciendo tarde y que ya había oscurecido. Se maldijo a él mismo cuando salió de la acogedora tienda. Estaba siendo muy descuidado al no fijarse en el tiempo empleado en las compras. Debía volver a casa lo más rápido que podía, volver a su hogar con su madre y Kou.

De camino a casa miraba hacia todas partes.

Tik tak tik tak tik tak tik...

Los nervios carcomiéndole de nuevo. ¿Estaba seguro? El Joker no aparecerá, ¿o sí?
Se detuvo en seco cuando vio a una figura en la distancia. Consumido por el miedo se escondió detrás de un arbusto —muy listo de su parte, claaaro—.
Era una persona que parecía estar cargando con una bolsa de gran tamaño y muy pesada. Lo que más le extrañó fue que dejó la bolsa cerca de la casa de la señora Stroussey, una anciana en sus últimas semanas de vida. «La curiosidad mató al gato», ¿o debería decir búho?

Akaashi esperó a que aquel hombre desapareciera en la distancia para acercarse a la bolsa.

¿Debería abrirla? —pensó.

Tik...

Se acercó a la bolsa de gran tamaño.

Tak...

Acercó su mano a la cremallera.

Tik...

Abrió la bolsa.

Se acabó el tiempo pequeño buhíto...

Keiji se alejó rápidamente de la bolsa y cayó al suelo. Sus ojos comenzaban a humedecerse y sentía que vomitaría en cualquier momento.

Ante él se encontraba un cuerpo, un cuerpo tan mutilado que ni podía distinguir el rostro de aquella persona. Sus ojos fueron removidos, en la frente tenía marcada a cuchillazos "Joker", le habían abierto la cara y el pecho, carecía de órganos, le habían cortado los dedos, quedaban restos de sal en las cortadas que tenía en su abdómen, sus brazos y piernas se contorsionaban en una forma espeluznante, pero lo más aterrador... Era que le habían separado la cabeza de su cuerpo.

¿P-por qué alguien haría esto...? —Se preguntó Akaashi.

Quería gritar, pero sus cuerdas vocales se lo impedían.

—Pero mira... ¿A quién tenemos aquí?~

.

¡Mi 'Kaashe está en peligro!

El búho que robó mi corazón||BokuAkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora