VIII

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Anónimo, preguntó:

Hola, soy yo de nuevo...

Yo...

Me siento como un verdadero idiota ahora mismo, siempre pensé que era un buen amigo para mi pequeño grupo de amigos, siempre me jacté de ser un chico que se preocupaba por otras personas antes que por sí mismo.

Pero no me di cuenta que mi mejor amigo sentía algo por mi...

No me di cuenta que había ignorado a otro de mis amigos, que ni siquiera sabía que estaba teniendo problemas en casa... o que estaba enamorado de mi mejor amigo, aun cuando era tan malditamente obvio.

Supongo que en realidad soy una mierda de amigo, ¿Eh?...

Stan releyó por quinta vez la pregunta que había enviado, miró el reloj en la pared y suspiró, Bad Irene estaba tardando en responder.

Era extraño.

Ella solía responder casi de inmediato, Stan se preguntó porque esta chica era más rápida respondiendo a las dos de la madrugada, que a las tres de la tarde un fin de semana.

Stan cerró su laptop y la dejó de lado en su cama, se recostó completamente y como si fuera la cosa más interesante en el mundo, observo el techo por los próximos quince minutos; sin poder alejar de su mente la escena que vivió en la sala de la casa de Cartman.

El silencio que procedió a sus lágrimas, se sintió tan natural que ninguno de los dos dijo nada, no era necesario.

Stan bajo por las bolsas de frituras y su mochila más tarde, los copos de nieve habían humedecido su mochila, pero las frituras estaban a salvo, así que su plan de comerlas junto a Cartman siguió en pie.

E hizo lo mejor que sabía hacer durante el resto del día, pretender que no vio ni escuchó nada, fingir que no había abrazado a Cartman mientras este tenía un ataque de furia, pretender que de los labios de Cartman nunca salió la palabra "gustas" y que no iba dirigida a Kyle.

Su celular timbro, en ese estado Stan dejaría en visto a cualquier persona que lo llamara, no importando si era Wendy, Kenny, Kyle o su propia madre, no tenía ánimo de escuchar a nadie regañándolo, pidiendo explicaciones sobre su comportamiento o si se encontraba bien.

—Hola. — Respondió casi de inmediato al reconocer el tono que había asignado al contacto de Cartman. — Es extraño que me llames... — Stan escondió lo mejor que pudo su preocupación y se tragó las palabras que en realidad quería decir:

¿Paso algo malo? ¿Estás bien?

—Ahórrate tu preocupación hippie y métetela por donde mejor te quepa. — Pero era Cartman de quien hablaba, era imposible engañarlo.

Stan rodó sus ojos, una pequeña sonrisa... se escuchaba mejor.

—Escucha Stan... — El pelinegro se levantó de su cama y presto atención a lo que Cartman estuviera por decirle, algo en el tono de voz del castaño lo alertó, Cartman suspiro y Stan sintió un pequeño revoltijo en su estómago. — Necesito...

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