Joe había encontrado una razón por la cual aun creer en el amor, esa noche donde los dos se conocieron y no pudieron pedir algo mejor.
Pero la vida de Joe se complica cuando viejos y nuevos amores se interponen entre él y su actual pareja ¿será capa...
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Eran las 10 de la noche del Viernes y Joe estaba acostado mirando al techo con sus brazos sobre su pecho, la mirada perdida en algún lugar en su pared, solamente pensando y pensando. El día anterior había tenido el pésimo día de su vida y el día de hoy también lo fue, no había obtenido un puesto en el equipo de fútbol de la universidad y estaba más que enojado con todo el mundo. No lo entendía, tenía todo lo necesario pero, simplemente no lo habían elegido.
Su celular sonó identificando el numero, era Rami, su novio.
-Hola Joe.- se escuchaba algo triste se podría decir.- Escuche que no entraste al equipo de futbol.
Genial, ahora todos sabían que no había entrado. Había pensado decirle eso pero no lo hizo.
-Sí, creo que tendré que intentar algo más, supongo.- río secamente, su mano izquierda tallo su ojo derecho.
-Bueno, descansa Joe.
-Espera, Rami.- se detuvo para pensar que decir, se mordió el labio antes de hablar.-¿Tienes algo que hacer ahora?
Rami tardó algo en contestar, tal vez estaba dudando salir con él o estaba haciendo algo y estaba muy ocupado, o lo estaba engañando con alguien más. Muchas más ideas le llegaban a la cabeza de Joe y solo generaba que su ansiedad se acumulará en su cabeza y un nudo en su garganta.
-Sabes que siempre estoy disponible para ti.-se escuchó reír nerviosamente.
-Entonces te espero fuera de tu casa en 15 minutos.- sonrió sintiendo su corazón latir rápido.
-Aquí te espero...te amo.
Joe se quedo repitiendo esa frase una y otra vez, estaba atónito.
-Yo también, yo también te amo Rami.-sonrió a sus mismas palabras.
Ya había colgado y seguía repitiendo eso una y otra vez. Joe y Rami apenas estaban saliendo hace 1 mes y era la primera vez que se decían Te amo el uno al otro, no era nada del otro mundo pero hacia que el corazón de Joe fuera a mil por hora, que sus mejillas se pusieran rojas como tomate y sentir todo de el como gelatina.
Reaccionó unos momentos después y se paró rápidamente de su cama, trato de buscar su mejor ropa que el mismo pensó que parecía una mujer ¿y que si quería lucir bien para el hombre que amaba? Nada malo, el amor lo llamaba a la acción y era lo que estaba haciendo. Al final se puso lo más sencillo que encontró; unos pantalones, una camisa blanca y una chaqueta que anhelaba ponerse algún día para una ocasión especial.
Tomo las llaves que estaban en su mesa junto a la cama y cerró la puerta de su apartamento. Comenzó a caminar por las frías calles de Salt Lake City, la ciudad en la que vivía desde que era pequeño, donde conoció a Rami. Era una noche fría, se cruzó los brazos por su pecho y su uso dientes temblaban en su usuario boca pero había llegado a la casa de Rami.
Toco dos veces esperando a que saliera.
-Llegaste en 18 minutos.-se burló cerrando la puerta detrás de él y ajustando su chamarra.
-Pero al menos estoy aquí.-los dos rieron y empezaron a caminar.
Caminaban sin decir nada, Joe sabia que tenia que encontrar la manera de romper la tensión entre los dos así que paso su brazos por los hombros de Rami y Rami se acercó más a él. Joe sonrió para sí mismo.
-¿Quieres ir a las canchas?- pregunto Rami después de un tiempo de silencio y caminar sin dirección alguna.
-C..claro.-Joe se aclaro la garganta empezando a caminar dirección a las canchas.
Era un pequeño estadio de fútbol que tenía la ciudad para el equipo de Salt Lake City, todos entraban en la noche por un pequeño agujero que tenía la cerca donde ahora Joe y Rami estaban metiéndose.
-Aquí estamos.- camino frente de él Rami alzando sus brazos.-¿Nunca antes habías estado aquí cierto?
Joe río negando con la cabeza, Rami se acercó a él sin apartar los ojos de Joe y Joe sin apartar los ojos de Rami. Sintió su corazón latir rápido contra su pecho y de repente el frío se hizo calor, podía sentir como le estaba dando calor.
Rami paso sus brazos detrás de la cabeza de Joe y un movimiento rápido los dos estaban besándose. Solo se habían besado una vez y fue cuando los dos estaban solos en el salón de química, sintieron la verdadera química ese día.
-Diablos...
Los espanto una voz detrás de ellos dos haciendo romper el beso, miraron al chico estar rojo como ellos dos ahora.
-Disculpen, creí que no había nadie aquí.-se disculpo jugando con el balón que estaba en sus manos.
-No..nosotros ya nos íbamos.-Joe tomo la mano de Rami.-No..no te preocupes.
-Claro...-el rubio se alejo lentamente. Joe se fue de ahí de mano de Rami.
-Eso fue tan incómodo.-dijo Rami aferrándose al brazo de Joe.
-Lo sé, solo quería...
-Ese chico va con alguien que conozco en la clase de Arte.- interrumpió Rami y Joe lo miro rápidamente.-Se llama Ben, Ben Hardy.
-Bueno, espero jamás encontrarme con él de nuevo.
Siguieron caminando unos minutos más hasta llegar de nuevo a la casa de Rami.
-Quería que fuera un lugar para recordar, supongo que será para reír ahora.- río Rami levemente.-Buenas noches Joe.
Joe se acercó y lo tomo de las mejillas dándole un rápido beso los labios, los labios de los dos estaban húmedos. Se quedaron así unos momentos y después se alejaron.
-Buenas noches Rami.-le sonrió notando sus mejillas rojas.
-Dos corazones latiendo al mismo tiempo.-le dijo antes de que se fuera.- Mi madre me dijo que ese era la prueba de que dos personas se aman.
-Lo hacemos, te prometo que siempre estaré a tu lado.
Se alejo después de mandarle otra sonrisa y empezar a caminar a su departamento. Sus corazones sonaban bien juntos, siempre lo hacían.
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