Amor de Luna llena parte 2

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Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores.

Enamorados...

A partir de ese momento Albert y Candy iniciaron una relación, se adoraban, Candy lo idolatraba, su corazón latía, vivía por él, hizo caso omiso a esa vocecita interior, no podía evitar amar a este hombre, pasaban la mayor parte del tiempo, Candy se dejó llevar, jamas jamás se había sentido así de enamorada. Hacían planes, Albert quería todo con ella.

- Candy cuando terminemos la carrera, quiero que te cases conmigo, ¿sabes? nos iremos a vivir al rancho de mi abuelo, tú podrás escribir y publicaras un libro, tendremos muchos hijos. Te amo mi amor, eres lo mejor que me ha pasado. Dijo Albert enamorado, la adoraba no concibia su vida ya sin ella, en tan poco tiempo no podía estar sin ella. Candy escuchaba embelezada, lo seguiría hasta el fin del mundo.

- Te amo Albert, te seguiré a donde sea sólo quiero estar contigo. Te has convertido en alguien muy importante para mi. Decía Candy felíz. Albert la tomó del talle la acercó a él y la beso con todo su amor, con toda su desesperación, quería fundirse en ella. Candy correspondió entregada. Ambos se deseaban no sólo carnalmente sino se deseaban en todo sentido. Candy lo amaba tanto que moría por estar con él íntimamente. Su cuerpo exigía todo de él. Albert había adquirido un departamento, nadie conocía ese lugar, lo compro para alejarse de todo y todos, lo compro por que, podía escapar del ojo de su padre, era su lugar favorito. Candy era la única que conocía ese lugar. Así que estaba en su lugar favorito con su persona favorita. Los besos se intensificaron, el deseo y el amor se prendió, Albert exploraba, el hermoso cuerpo de Candy, ella se dejaba hacer, se sentía morir de placer. Albert tocó sus senos delicadamente, Candy jadeo de placer.

- ¡Oh! Albert...

- Candy, eres realmente hermosa, pero no quiero presionarte... te amo demasiado.

- Hazme tuya amor, moriré si no lo haces, Te amo... quiero estar contigo. Dijo Candy suplicante. Albert no lo pensó más.

Sin dejarse de besar, fueron desprendiendose de sus ropas, Albert admiraba cada parte de su anatomia, deslizó sus labios en todo su cuerpo, Candy se retorcia de placer, se sentía extasiada, se sentía amada, correspondida.

- Candy... eres mía, solo mía, tú y yo, por siempre. Decía Albert a cada beso que daba. Le parecía la mujer más perfecta. Se estaba tomando su tiempo, quería conocer cada rincón de su cuerpo, quería grabarse todo de ella, quería grabarse cada gesto de placer, adoraba la expresión de sus hermosos ojos verdes. Candy se sentía en la Luna, se sentía sumamente felíz. Candy disfrutaba las atenciones recibidas por este hermoso caballero. Sus cuerpos desnudos uniéndose en el va y ven, sin siquiera llegar todavía a la compenetración, solo besos, caricias... promesas y juramentos.

- Candy, después de esto no hay manera, que te puedas deshacer de mi, por favor te suplico... déjame entrar en ti, permite ser uno contigo. Dijo Albert. Candy suspiro de amor, no deseaba otra cosa más en la vida.

- Tomame amor mío, soy tuya en cuerpo, mente, corazón y alma. Candy se abrió para él, Albert entró en ella, encontró la gloria. Albert, comprendió que la virtud de Candy estaba intacta y se sintió dichoso ser él único hombre de su vida. Se prometió así mismo ser el último hombre de su vida. Candy sintió dolor, pero era más fuerte su amor y su deseo que se acopló inmediato a él.

- Candy, mi vida, me haces el hombre más feliz del mundo. Te prometo que pase lo que pase, jamás escuchame bien, jamás dejaré de amarte. Decía Albert perdiéndose en ella.

- Albert... te amo... solo se que te amo... Decía Candy enamorada. Albert no dejaba de besarla deseaba fundirse en ella, quería transmitir todo lo que sentía por ella. Vino lo inevitable. Albert aceleró sus movimientos.

- ¡Oh! Albert... esto es maravilloso, no pares por favor.

- Candy... a partir de hoy te prometo, que serás mi único gran amor, seras el amor de mi vida. Dijo Albert entrando en ella. Sus cuerpos vibrando de amor puro. Vino el clímax, . Ambos sudorosos y con los efectos de tan grandioso orgasmo. Se miraban fijamente adorandose.

- Candy... desde ahora somos tú y yo, te amo... Candy se sentía en el cielo.

- Albert... solo tú de ahora en adelante. Prometió Candy. Se besaron nuevamente.

Mientras en otro lugar...

- Señor William, realmente no se por que pidió a mi familia y a mi, que vinieramos de tan lejos, Albert ha sido muy grosero en estos dos meses no ha pasado tiempo conmigo, además se le ve diferente, sí, antes lo era pero, por lo menos salíamos y la pasábamos bien. Ahora me evita, él no reconoce compromiso alguno conmigo. Reclamó Linda. William había notado el cambio de su hijo. No se le había visto todos estos días. - ¿Donde te meteras? Pensó William.

Flash back

- Albert, ¿dónde te has metido estos días? Tienes un compromiso con Linda. Regaño el señor William.

- Padre, ya le dije que no me interesa ningún compromiso con ella, no la amo, por favor no insista. Contestó Albert fastidiado. - Le aviso que no estaré estos días, estaré con un amigo, estamos en prácticas. Comentó Albert.

- Albert, sabes que este compromiso es un hecho, mi palabra está de por medio. No puedo quedar mal, además esta de por medio todo lo que tenemos. Debes cumplir como lo que eres un Andrew. Además debes saber que en un dos por tres te tiro tu teatrito de esa mediocre carrera, ¿crees que el siguiente sucesor será un simple veterinario? y peor aún un ¡vil ranchero! No, de verdad tu abuelo, alimentó ese absurdo modo de vida, pero como mi primogénito, serás mi sucesor. Albert guardó silencio. Debía aguantar, faltaba poco para graduarse y así podría independizarse. Le daría por su lado por el momento. Pensó Albert.

Final Flash back

- Linda, tienes una semana para organizar, la noche de compromiso, te doy carta abierta para que planees a tú gusto, no escatimes en gastos, todo va por mi cuenta. Dijo William Entregando una tarjeta de crédito. Linda sonrió satisfecha.

- Perfecto, me pondré en eso inmediato, le pediré ayuda a mi madre. William asintió y vio como Linda salía de su despacho.

- Albert... no harás tu santa voluntad, te casaras con Linda Hamilton es lo que te conviene. Pero investigare tus movimientos, ¿qué has hecho todos estos días? William no se metia en sus cosas pero desde que llegó su prometida, no se le veía en la mansión. Pero ahora investigará donde se mete y con quién se ve, Albert le había dicho que estaría con un amigo. Pero ahora no estaba tan seguro.

Candy llegaba a su casa, se le veía inmensamente feliz, su tía a Doroty la veía diferente. - Candy... te vez como, Rosemary, cuando se enamoró de tu padre. Pensó Doroty triste y preocupada. Tenía miedo a lo que podía suceder.

- Candy, Te has enamorado...¿verdad? Preguntó directamente. Candy se sonrojo y se le dibujó en automático una gran sonrisa, Candy proyectaba felicidad. No mentiría a su tía.

- Tía... no puedo mentirte, estoy enamorada, no lo pude evitar, lo amo, con todo mi ser, se lo que puede suceder y la maldición que me persigue, pero no puedo evitarlo... quiero estar con él. Lo siento tía, moriré si no estoy con él. Doroty escuchó esos argumentos y pareció escuchar a Rosemary otra vez. - Se repite la historia. Pensó triste y preocupada.

Continuara...

Chicas buenas noches, les dejo actualización... les mando saluditos.

MALDICIÓN DE LUNA LLENA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora