DESGRACIAS

248 25 1
                                    

Los personajes no me pertenecen exclusivamente a sus creadores. Mundo alterno, época actual. Historia irreal y fantasía. Por motivo de noche de brujas y día de muertos.

Desgracias

Doroty tenía días que veía a candy diferente, con un brillo en su mirada, mirada que reconoció al instante, mirada que había visto antes en los ojos de Rosemary. Cuando su hermana se enamoró, amó intensamente, se entregó en cuerpo y alma, por eso cuando George le fue infiel, sucedió una gran desgracia. Rosemary enloqueció de dolor, no concibia la vida sin él. Candy era muy pequeña y omitió los detalles, pero ahora debía hablar con ella, debía saber los alcances que tenía, esa maldición.

- Candy, desde hace dias te ves diferente, ¿Tienes algo que decirme? Preguntó Doroty. Candy dejó de cantar, desde que se entregó a Albert, todo era de color de rosa, todo lo veía diferente, era inmensamente, feliz. No ha querido contar nada a su tía, porque ya sabía lo que le diría, pero ella amaba con toda su alma a Albert y creé ciegamente en él. No había manera de que Albert la traicionara.

- Tía, no me pasa nada, estoy igual que siempre. Contestó Candy. A Doroty le dolió la falta de confianza.

- Candy, ¿desde cuándo existen secretos entre nosotras?. Comentó Doroty dolida.

- Tía, yo...

- ¿Quién es?. Fue directa.

- ¿Quién es quién? Respondió con otra pregunta Candy.

- ¿Quién es él? Y no me mientas, se que hay alguien, ¿de quién estas enamorada? Y no me mientas por que no estoy ciega ni tonta. Candy sopesó, su respuesta, estaba en dilema de aferrarse a lo primero, pero Doroty la miró fijamente, no podía mentir.

- Se llama, Albert y... lo amo. Contestó firme.

- Candy, sabes como terminará todo esto, ¿verdad?.

- No tiene que terminar de ninguna manera, él me ama, es sincero y me pidió que me casara con él, le creo tía. Contestó Candy enamorada.

Doroty se dio cuenta que ya era demasiado tarde, Candy ya había entregado el corazón y el alma.

- Candy, parece que estoy escuchando a tu madre, se repetirá la historia, sabes que no puedes estar con alguien, debes darte cuenta, están en riesgo ambos.

- Tía, lo amo y no hay manera de que me aleje de él. Debes conocerlo, me ama, tenemos planes, ¿por qué, debo renunciar? es tan bueno, caballeroso y me adora. Defendía Candy.

- Intimaste con él, ¿verdad?. Doroty lo sabía. Candy se quedó sorprendida por la aseveración. No podía contestar, ni negarlo.

- Lo hiciste... Doroty confirmó.

- ¡En que diablos estabas pensando! ¿Se cuidaron para evitar un embarazo? Preguntó molesta. Candy se quedó sin habla, no se cuidaron. Doroty supo de su irresponsabilidad.

- Candy, sabes que puedes estar embarazada y, de que la misma historia se repita. ¡Eres una tonta! me decepcionas. Dijo Doroty molesta.

- Sabes, jamás te he dicho como sucedieron las cosas con tus padres, y cometí ese error, por protegerte y para que no vivieras con esa carga de ser una bruja, o fenómeno, pero ahora comprendo que cometí un grave error, debí hacerte conciente, y es mi culpa todo lo que ha pasado, lo acepto.

- Pero, debes saber, que traes en la sangre ese don o maldición, te hace vulnerable a todo tipo de emociones, emociones que no puedes controlar, todas las mujeres que nacieron con está maldición, llevan a límites inimaginables sus emociones, cuando aman entregan todo a manos llenas, aman a esa persona más que todo y todos, más que su vida misma, cuando se enfadan es a odiar y matar, cuando sufren y se deprimen es dejarse morir. - Tú madre, pasó por todo eso.

MALDICIÓN DE LUNA LLENA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora