15. Cena familiar.

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El sol de un nuevo amanecer cruzo por las cortinas claras de la habitación donde descansando estaba la nueva pareja.

La primera en abrir los ojos fue la castaña. Había dormido y amanecido recargada en el fornido pecho del cenizo. Se sonrió. Dormir en su pecho era uno de los placeres de los cuales ella iba a disfrutar de ahora en adelante. Con esa bella sonrisa se levantó no sin antes dejarle un beso en la cabeza a su amado.

Se fue hacia su baño, amarro su cabello en una coleta y se lavó la cara. Cuando salió el seguía recostado. Ella seguía sonriendo, estaba muy animada esa mañana. Tanto que se iba a aventurar en hacerle un desayuno sencillo, lo suficiente para no echarlo a perder. Después de todo, si sabía cocinar, pero con lo torpe que era a veces todo le salía mal. Pero es mañana ella estaba decidida a no fallar en su desayuno.

***

Un aroma a tostado se infiltro en sus fosas nasales. Abrió los ojos y volvió a aspirar para asegurarse de que tal vez estaba soñando o algo, pero al momento de volver a inhalar, el mismo aroma, pero con toque de mantequilla tostada le hizo despertar por completo.

Puso su mano izquierda en el otro lado de la cama donde se supone que dormía la castaña. Hizo una leve mueca con forma de sonrisa. Ella era la causante de ese extraño aroma y seguramente se encontraría con algo peculiar en la cocina.

Estiro sus brazos a los lados, arriba y abajo. Hizo tronar sus huesos con movimientos ligeros como calentamiento y salió del cuarto, el aroma a mantequilla se convirtió en un aroma ahora quemado.

-Oi ¿Que se supone que haces?-llego a la cocina donde había una nubecilla de humo gris claro sobrevolando la cabeza de la castaña mientras esta abría la ventana con apuro

-¡Ay no!-se quejó-¿Qué haces despierto?

-El cuarto comenzó a oler a quemado-contesto- ¿Que mierda se supone que estabas tratando de hacer?

-Iba a hacerte el desayuno... pero...-miro afligida la sartén donde habían muerto los hotcakes que estaba haciendo- Yo no nací para hacer estas cosas-gimoteo

-Realmente no

-¡Oye!-se quejó-¡Deberías estar agradecido!-cruzo sus brazos e hizo un mohín inflando sus mejillas

-Sabes que no me gusta mentir-siguió-Ahora sal de ahí, ya hago yo el desayuno-hizo una seña con el pulgar para que ella saliera de la cocina

-No quiero

-No te estoy preguntando, es una orden

-Pues no la acatare

-Oi, es muy temprano para que me estés tocando los huevos. Dije que salgas de la cocina

-¿Por qué no en vez de echarme me ayudas?-desvió la mirada. El otro suspiro

-Como quieras

A veces ver esos berrinches de parte de ella era adorable y lo desarmaba, y había otras veces que simplemente le daban ganas de hacer que ella recordara que era una mujer ya, pero de ese tipo de cosas se encargaría por las noches.

Ella era mucho más torpe en la cocina de lo que recordaba, solía derramar las cosas y romperlas en el transcurso al proceso del desayuno. Era increíble que la chica que controlaba la gravedad fuera tan patosa y dejara caer las cosas y tropezar con facilidad. Entonces ideo un método infalible para poder hacer el desayuno sin que hubiera más percances.

Se colocó tras de ella, sujeto sus manos y a la par, volvieron a hacer la mezcla, lo demás siguió con más control.

-Podría hacer eso todo el día-dijo metiéndose un bocado

[BNHA] ¿Por qué tú? (~*Kacchako*~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora