5. Una tarde contigo.

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-... ¿Por qué me besaste aun así?

El cuerpo del muchacho se entumeció. Las escenas de lo que estuvo a punto de hacer con ella antes de que Kirishima interrumpiera pasaron por su mente a la velocidad de un rayo. El no sentirse culpable era totalmente imposible y verla llorar en silencio haría que cualquier hombre quedara desarmado con sólo ver las lágrimas recorrer sus hermosas y sonrosadas mejillas. Esos bellos ojitos color avellana no deberían derramar lágrimas por nada, ni por nadie.

-Sera mejor que vuelva a mi cuarto-dijo decidida a volver por donde había venido. Eso hizo que él cenizo se levantara veloz, como si su vida dependiese de ello

-¡Espera!-se apresuró. Más que una orden era como una súplica-No me pidas que conteste cosas obvias. Ya te había dicho ¿No?-su voz era gruesa y se entonaba un aire de decepción en ella. Realmente le estaba costando ser un poco condescendiente

-Lo que estás diciendo, es por qué crees que me gusta Deku-limpió sus lágrimas con su brazo-No te voy a mentir, si me gustaba-él muchacho aspiro listo para gritarle que se largara-Pero...-hizo una breve pausa para confrontar al otro directamente a los ojos-Desde ese día me siento completamente diferente y no pienso en el más que como en un muy valioso amigo. No lo hago por que él sienta algo más por otra persona. Lo hago porque yo misma siento algo más por otra persona ¿No lo entiendes?-el cenizo abrió los ojos tanto como pudo

-No digas cosas de las cuales te puedas arrepentir después... Uraraka...-dijo. Era una de esas pocas veces en las que él le llamaba aunque sea por su apellido

-¿De qué crees que pueda arrepentirme?

-Espero que estés completamente segura de tus palabras y tus decisiones-se caminó hacía ella-No soy una persona que desiste con facilidad

-¿Qué quieres decir con eso?-levanto su mirada para no perder de vista los ojos del muchacho. Él ya estaba frente a ella

-Quiero suponer que todo eso que dijiste fue un "si"-la tomo por los hombros-Ya no tienes escapatoria-sonrió con malicia, como si lo siguiente que fuese a decir fuera algo realmente malo-Ahora eres mi mujer-dijo y posteriormente atrajo a la castaña hacia a él para sellar el pacto con un beso

Él nunca lo diría y tampoco lo admitiría, pero estaba que rebozaba felicidad aunque no lo notase, aunque tratara de esconderlo de la mejor manera posible. Terminado el beso, avergonzada, ella le abrazo y escondió su rostro en el fornido pecho del mayor.

-Perdóname por lo de antes, pero es que no sabía cómo decirte...-mascullo ella

-Estúpida...-fue lo único que pudo decirle

-Oye...-el otro hizo un sonido nasal dando a entender que la escuchaba-No eres un palto de segunda mesa-se separó de él y le miro a los ojos-Eres el platillo principal-dijo segura de sus palabras para después regalarle una sonrisa-Tengo que regresar a mi cuarto-se separó lentamente de el

-¿Quién te dijo que tenías permiso de irte?-cuestiono el tomándola por la muñeca

-Pero Bakugou-balbuseo ella-¿Y si los demás se enteran?

-¿Tengo cara de que me importe que puedan opinar ellos?

-Pero el profe Aisawa...

-¡Ya estas poniendo pegas!

-No es que no quiera, es que no podemos-explicó

-Si podemos-sonrió triunfante

-No debemos...-reprocho ella

Técnicamente no debían. Seguían estando bajo el resguardo de la UA y aunque la mayoría ya fuera mayor de edad, no debían darse el lujo de mantener relaciones carnales en el recinto. Eso sería incorrecto. Claro que eso era lo excitante, sin embargo probaría su punto de "si podemos" otro buen día.

[BNHA] ¿Por qué tú? (~*Kacchako*~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora