Zoticone

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Takumi y Megumi eran prácticamente inseparables, ahora ambos eran parte de la élite diez, ambos estudiantes de segundo año y lo más curioso de todo, ambos compartían la mayoría de sus clases.

Si al italiano le preguntarán como se sentía, diría que vivía en el paraíso: se dedicaba a lo que le gustaba todos los días la mayoría del tiempo y tenía la compañía de la persona que más quería.

Hasta ese día

Lastimosamente solo él sabría cómo arruinar eso: siendo un patán a causa de una escena de celos.

Fue un minuto, si era posible menos, pero juraba haber visto algo que le causó una molestia instantánea, sin derecho a decir nada. Y ahora que estaba en su habitación analizado lo que había pasado se sentía como el peor ser humano en la tierra.

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Megumi lo había llamado, era sábado y lo había invitado a ver una película italiana que estaban presentando en un teatro cercano. Obviamente él no se negó y se ofreció a ir a recogerla a cierta hora específica.

En cuanto llegó a la residencia de la estrella polar le envío un mensaje de texto a Megumi para que saliera, luego de unos minutos sin respuesta decidió entrar y esperarla en alguno de los sillones.

Apenas entró se arrepintió, sus piernas flaquearon y solo quería alejarse de ese lugar lo más pronto posible. Se sentía mal, sentía como la rabia y la envidia se apoderaban de si mismo.

¿Y como no? Sōma sujetaba a su preciosa azabache por los hombros a la vez que ella estaba tan roja como nunca lo había estado, apenas el pelirrojo notó su presencia se precipitó sobre ella y beso su frente.

Luego saludo con descaro al rubio mientras se despedía y subía a su habitación, diciéndoles "disfruten la película, nos vemos al rato".

No dijo nada, no inicialmente. Apenas Megumi volteó a verlo fingió una sonrisa y simplemente se disculpó con ella por interrumpir.

Se sentía tan mal mentirle...

Andaron juntos hasta el teatro, sin decir una palabra caminaron por largo rato. Takumi le pedía a su cerebro tener lógica, sabía que a Megumi le gustaba el idiota de Yukihira y que para él la felicidad de su amiga era lo más importante... Él no tenía derecho a quejarse pues solo eran amigos... Que molesto era eso.

No dijo nada, no soltó ni una palabra antes, durante o después de la película, que para su mala fortuna era romántica. La tensión a su alrededor era tan palpable en el ambiente que llegaba a ser incómodo para otras personas.

Y como era de esperarse llegó un punto en el que Megumi se cansó de eso, llevaba toda la tarde intentando entablar una conversación con el italiano y él no tuvo ningún problema en ignorarla en todos sus intentos.

En cuanto llegaron a un parque en el que no había casi gente, la chica frenó a su acompañante tomándolo del brazo. Él volteó a verla con molestia.

-¿Qué?

-¿Planeas ignorarme todo el día Aldini? ¿Que te sucede hoy?- estaba muy molesta y eso se notaba a leguas.

- No es nada bella, simplemente no he tenido un muy buen día ¿Si? Vamos rápido, debo terminar un informe para la junta de la otra semana.- intentó avanzar nuevamente pero Megumi se interpuso en su camino, haciéndolo frenar con más molestia.

Takumi frunció el ceño, sabía que explotaría en cualquier momento y no le agradaba la idea de salirse de sus cabales en ese momento.

-¿Y sin mentirme Aldini? Te estás comportando como un patán hoy, estás colmando mi paciencia.-

Y a la mierda la cordura.

-¿Yo estoy colmando tu paciencia Tadokoro? ¿Y tú dónde quedas? No ¿Dónde queda mi paciencia? SIEMPRE QUE ESTAS DEPRIMIDA ¿A QUIEN ACUDES? ¿O CUANDO ESTAS EN PROBLEMAS? Yo soy siempre el que está a tu lado, cuidándote, apoyándote, resolviendo tus problemas sin esperar nada más que tu compañía a cambio ¿Y que ganó? Nada. En cambio aquel que está siempre pidiendo tu ayuda, experimentando contigo y acaparando toda tu atención siendo una persona terrible tiene ganado el lado más agradable de ti... ¿NUNCA LO HABÍAS PENSADO? NO, según tu tú eres la única que sufre.

Cuando bajó su mirada estaba ella llorando, pero no parecía triste, simplemente se veía enojada.- vete a la academia Megumi, te veré lueg- una pequeña mano impacto en su mejilla interrumpiendolo, luego de un momento se quedó solo en aquel parque.

Camino varias calles y compro víveres suficientes para una semana, luego de eso se dirigió a casa aún con la rabia a flor de piel.

°•°•°

Si, era un completo idiota. Lo bueno es que al menos era consciente de eso. Decidió que el lunes se disculparía y asumiría las consecuencias de sus inevitables celos.

Pero esa disculpa nunca llego

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Maratón 1/?

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