Freddo

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La lluvia era tan fuerte en esa temporada que el cielo casi podría caerse de la fuerza con la que la misma caía, gracias a eso su novio tenía un resfriado terrible, aunque en el fondo Megumi sabía que era su culpa.

Esa mañana al recibir el mensaje del blondo se preocupó de sobremanera, durante todo su día entre clases no pudo pensar más que en jengibre, miel y limón. Quizás algunos tés e infusiones sin duda le serían de ayuda.

Sabía que se metería en problemas al saltarse la reunión del día, pero sentía que sería mejor pedir perdón a pedir permiso. Si entraba en la sala de la élite no saldría hasta varias horas después, y por una vez quiso darse el lujo de ser egoísta.

Después de todo se lo debía a aquel tonto rubio que atrapó un resfriado común por darle su chaqueta en un día lluvioso, por miedo a que ella se enfermarse. Habían salido a caminar, el clima era tan hermoso que no se les pasó por la mente que el día se tornaría preciosamente lluvioso, lleno de iridiscencias por todas partes.

Aunque también era culpa del italiano, después de todo fue su idea jugar a saltar charcos.

Llegó a la estrella polar en un tiempo menor al acostumbrado, nada más entrar se dirigió a la cocina, para ponerse un delantal y manos a la obra. Se aseguraría de hacer diversos platos ligeros pero contundentes para asegurar que la enfermedad del mayor de los Aldini fuera pasajera.

Gachas de arroz, caldo de miso, verduras y pollo al vapor, té verde con jengibre y manzanilla fue el menú de su elección. Cuando estaba cortando las verduras e hirviendo la base para las gachas, su efusiva amiga de cabellos tangerinos hizo aparición en la cocina.

-¿Megu? ¿Qué haces tan temprano aquí? Juraría que hoy tenían una junta...

-Ah, Yuki-chan... Si, es cierto pero surgió... Algo más importante.

-Eres extraña Megu ¿Qué podría ser más importante que la élite?- sin proponérselo la de cabellos cobrizos soltó una mirada llena de perspicacia, ubicando en los ojos de su amiga algo que no esperaba encontrar.- A menos que... ¡¿Irás a ver a Takumi Aldini?! Sé que no fue a clase pero ¿Saltarte una junta de la élite por él? Megu creo que has perdido la cabeza.

-¿Te parece?- pese a responder con bastante calma debido a su concentración en las diversas preparaciones el rubor en sus mejillas la delataba, como siempre.- Solo tiene un resfriado, iré a visitarlo para asegurarme de que está bien... Además no es tan extraño, llevamos saliendo más de 4 meses. Nos vemos bastante seguido por lo mismo...

-Pues si, pero... ¿No exageras un poco? Tu misma lo dijiste, es solo un resfriado... ¿Isami también estará en su casa? Es importante que no vayan a estar solos.

-Creo que salió con Ágathe-chan... ¿Por qué no podríamos estar solos?- Pregunto sin entender ¿Sería tan extraño ir a visitar al rubio con comida recién hecha?

-¡No te hagas la inocente! Es obvio, ya sabes... Cuando un chico y una chica salen... No deberían ir tan rápido.- Un nerviosismo antes inexistente invadió a ambas muchachas al notar a donde iba la conversación, el rojo vivo invadió los pómulos de ambas y lo único que las diferenciaba entre sí eran las expresiones de cada una. La azabache llena de pena y la ojiazul con diversión contenida.

-No sé a qué te refieres, Takumi no es tan así... No creo que piense así. Además solo tenemos 17 y 18 años...

-Megumi, es un extranjero, no me sorprendería que busque eso. No digo que no te ame pero... No se, no creo que sea buena idea que vayas sola- Aquel comentario generó una molestia indescriptible en Tadokoro, mas lo dejó pasar al saber que su amiga no lo decía con malas intenciones.

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