Il mio cielo

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Seguirle el paso a la nipona frente a él no era precisamente difícil, sin embargo su preocupación giraba entorno a su posible reacción.

¿Acaso no confiaba en si mismo? La verdad no, aunque se jactaba de ser muy confiado ante los demás toda su seguridad se desvanecía ante las dulces miradas de su preciada chica de ojos dorados.

Su chica... era bastante irreverente de su parte llamarla así, así fuera solamente en sus pensamientos. Sin embargo ahí estaba, a menos de cinco metros de ella.

Aunque en ese momento lo único que deseaba era envolverla entre sus brazos y alejar el frío de su piel.

Cuatro metros.

Primero tenia un gran problema por resolver.

Tres metros.

Repentinamente un miedo terrible lo invadió, sus piernas le pedían salir corriendo y olvidarse de luchar.

Dos metros.

Pero como siempre fue testarudo y se negó esa posibilidad a si mismo.

Un metro

Detallo a la chica de espaldas, era tan delgada y pequeña como la recordaba, ademas verla temblando por el frío lo impulso a quitarse su chaqueta, color verde militar y bastante abultada perfecta para el cambio de estación en ese momento, y sin pensarlo mucho la dejo reposar sobre los hombros de la tiritante chica frente a él.

~🍕~

Megumi giro sobre sus talones, sorprendida por el repentino calor que rodeaba su cuepo, sus ojos brillaron en asombro al encontrar a ese conocido italiano tras ella al punto de querer llorar y pese a que, inicialmente, quería abrazarlo y decirle toda la falta que le había hecho se negó a si misma ese impulso. En su lugar frunció el ceño y soltó con desdén una frase que descoloco al chico frente a ella.

-¿Que demonios haces aquí Aldini?

Pese a la sorpresa inicial que le genero la actitud de su amiga él ya se esperaba algo así, por eso mismo no desistió, le brindo una sonrisa relajada y llena de felicidad.

- Buscarte Megumi, mejor dicho:Encontrarte.

-¿Porque querrías encontrarme?- Se aseguró de sonar firme ante todo, no se dejaría manipular tan fácilmente- Me dejaste muy en claro que no soy merecedora de tu compañía.

- Sabes perfectamente que nunca dije eso. Además tenía que encontrarte, te prometí que siempre estaría a tu lado.- Bajo su rostro con vergüenza, realmente estaba enojada- Bella, no sabes esto pero mi intención nunca fue lastimarte ni tratarte mal y si, fui un completo idiota y tienes todo el derecho a odiarme por el resto de tu vida si es lo que deseas pero... yo también me odio y no me perdono por haberte tratado de forma tan...patética.- Tomó aire y levantó su mirada con una determinación aplastante- No espero que me perdones pero aun así tengo que decirlo ¿si? - Se inclino en un ángulo de casi 90 grados- Lo lamento.

Y pese a quedé encontraba conmovida una punzada de dolor surco en su pecho, las memorias de ese día volvieron a su cabeza y sintió su corazón quebrarse un poco. Instintivamente sus ojos se aguaron.

- No lo entiendes Takumi... Ese día te necesitaba más que a nadie...-

-¿A mí? No, realmente no lo entiendo. Cuando entré a la estrella polar Yukihira te abrazaba... Creí que te gustaba...- la azabache frente a él había comenzado a lagrimear, mientras que la confusión propia crecía.

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