◌✰್ 𝐌𝐀𝐗𝐈𝐍𝐄.
❝Una ventaja de ser un perdedor, es que no tienes nada que perder❞
Maxine Baudelaire es una guerrera Lyoko desde el principio.
Así que, a pesar de que Max pasó una vida dura no tarda en ayudar al rarito de su clase, Jeremy Belpois...
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ESTA ERA LA PRIMERA VEZ QUE A MAXINE BAUDELAIRE NO SE LE OCURRÍA NADA PARA AYUDAR A UNO DE SUS AMIGOS. El tema era que los padres de Yumi habían tenido una pelea, pero no una pasajera, si no una que podía poner punto y final al matrimonio, tanto que actualmente el señor Ishiyama se estaba quedando en casa de un amigo suyo y Yumi no tuvo oportunidad de hablar con él.
Yumi no tenía ni idea de como ayudar a sus padres para que al menos quisieran hablar, y eso la deprimía. Es decir, Max la entendía en el aspecto de que no se regía por los sentimientos, ya que ambas eran lógicas, y en este tipo de situaciones tenían mucha desventaja. Por ejemplo, Yumi no sabía como percibir los sentimientos de sus padres para entender como ayudarlos, y Max no lo arregló diciendo que quizá no se podía hacer nada respecto a la situación amorosa de los señores Ishiyama porque a lo mejor ya dejaron de quererse.
Sí, con eso Yumi se deprimió más y Max decidió dejarla sola. Bueno, eso tampoco fue una muy buena idea, pero Max realmente no sabía qué hacer o decir y su reacción ante eso era alejarse.
En este momento, Maxine estaba en la clase de ciencias que impartía la profesora Hertz, su profesora favorita. En ningún momento se paró a pensar en el problema de Yumi ya que la profesora estaba explicando el gas de la risa por ella misma.
—Esto es óxido de nitrógeno —decía la profesora Hertz mientras tenía un ataque de risa—. Más conocido como gas de la risa.
Y cuando Max decía que lo explicaba por ella misma se refería a que lo usó en ella misma y ahora no podía parar de reír, tanto que a la peliazul ya le daba miedo su risa.
—Los médicos lo usan para tranquilizar a los pacientes de las operaciones... —seguía riendo y dando golpes en la mesa. Max trataba de tomar apuntes pero en esa situación le era incómodo.
—Está claro, nada como un ataque de risa después de una apendicitis —ironizó Odd.
—Obviamente si se utiliza mucho puede dañar gravemente, o incluso puede llegar a ser mortal —explicaba Hertz y justo le volvió a dar otro ataque de risa.
