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Isaac caminaba hacia su casa, ya que no se le permitió recoger el auto, caminaba por una calle oscura, el clima era húmedo y se pronosticaban lluvias a partir de esa noche, eso no era malo pero Isaac sabia que sin un auto el debería de caminar de regreso a casa o era claro que no llegaría seco. Sus pasos eran ligeros y apenas se escuchaban los talones chocar con el suelo, caminaba con sus manos en sus bolsillos delanteros y algunas luces en la calle ponían a la vista el camino, estaba llegando a casa y no parecía del todo preocupado, antes de cruzar unas calles para llegar a su destino un auto se aproximaba a él y lo reconoció, era su vehículo, este iba a estacionarse y él le hizo paso, al ver quien estaba dentro del auto no sabia que emoción expresar.

—¿Cuándo pensabas avisarme que saliste de la estación?—. Hyun parecía molesto.

—No lo se, ¿debía?.

—Solo sube niño, te llevaré a casa—. Responde el mayor y Isaac sube al asiento del copiloto— ¿ya pensaste en que decirle a tus padres?.

—Pensaré en una excusa pronto...

—Yo me refiero a si pensaste en que decirles para que no te echen de casa—. Bromea.

—No me ayudas Hyun...—. Estaban a unos cuantos metros de llegar.

—Piensa en algo, solo te quedan unos segundos—. Dice Hyun cuando ve en la cochera abierta a los padres de Isaac.

—¿Pedir piedad funcionaría?—. Pregunta asustado y Hyun ríe de lo estúpida que era su idea.

Al llegar, Hyun se estacionó fuera de la cochera y Isaac abrió la puerta para salir y esperar lo peor, su madre Sun-hee se acercó y lo abrazó con fuerza, el chico solo correspondió el abrazo. Su padre Chung-hee, se acercó a Hyun y se saludaron con un apretón de manos.

—¿Ahora que sucedió Hyun?—. Pregunta Chung-hee sin impresión.

—Bueno, algunos jóvenes robaron cosas de un local en la zona y Isaac estuvo presente en el momento equivocado, el solo trato de ayudar a la policía intentando atraparlos y por eso estaba en la estación—. Isaac estaba sorprendido por lo que Hyun decía.

—¿Qué me dices del auto?—. Pregunta nuevamente Chung-hee y Isaac estaba nervioso.

—Estaba practicando para la clase de arte y al enterarse de lo que sucedió en la zona fue lo más rápido que encontró, además, ya lo conoces Chung-hee, le gustan estás experiencias y no iba a desaprovechar la oportunidad de atrapar a unos criminales—. Golpea suavemente su hombro.

—Bien, gracias por traerlo Hyun—. Agradece Sun-hee.

—Por nada, buenas noches—. Se despide y Isaac entra a casa sin nada que decir.

Hyun iría caminando a la estación y eso no era tan malo para él. Sun-hee y Chung-hee se quedaron fuera de la cochera hablando.

—No se que hacer con Isaac, Sun, he sido paciente porque creo en un buen cambio para él pero siento que no esta funcionando—. Dice algo deprimido.

—Chung-hee, la paciencia es tu mejor virtud, Isaac solo necesita un poco mas de tiempo y es nuestro deber ayudarlo—. Acaricia su rostro con su mano— no es tarde aún, solo hay que darle un poco mas de tiempo, pronto el deberá de descubrir hasta donde lo podrán llevar sus habilidades.

—Ha estado comportándose un poco extraño en estos últimos años y eso me preocupa.

—Solo es un joven descubriéndose, y hay que aceptar, que el auto no quedo mal.

—En eso estoy de acuerdo—. Sonríen a si mismos y entran a casa.

Isaac estaba en su recamara, buscando la manera de como desvanecer su estrés; la lluvia ya había comenzado y parecía que no le ayudaba a relajarse. Quería comunicarse con Mack para recibir noticias acerca del próximo lugar en donde se realizaría la próxima carrera y los recorridos, necesitaba mantenerse ocupado para dejar de lado el cosquilleo en sus manos, estaba inquieto y no sabia porque, sólo sabia que su cuerpo le pedía felicidad hacer una estupidez. Se recostó con la esperanza de que el cosquilleo se tranquilizará y trato de dormir, mañana debía de ir a la escuela en donde probablemente ya estarían esperándolos las malas noticias de haber reprobado alguna materia o simplemente le reclamarían por un examen al que falto este mismo día. Aunque estaba feliz de saber que su familia jamás ha tenido en consideración alejarlo de ellos.

No Estoy EnfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora