—¡Jiminah! —Gritó T/n. —¡No te muevas! —Habían estado haciendo una sesión de fotografía y Jimin seguía jugando para hacer reír a la chica pero no funcionaba.
—Mírame —Renegó como niño pequeño cuando ella se puso en la otra esquina. —No me dejes aquí.
—¡Si te sigues moviendo hijo de madre, te voy a dar un chanclazo!