Capítulo XLV (final): No puedo ser tan egoísta.

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16 de Diciembre 2016

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16 de Diciembre 2016.

Acaricio su cabello lentamente, y sé que ya han puesto todas mis cosas en mi auto para poder irme al aeropuerto. Me han puesto un chofer y guardaespaldas para que me vigilen y no me escape de la ciudad, o algo así. No sería tan cobarde, pero lo estoy siendo, dejando a la chica que amo, desnuda, adolorida, durmiendo tranquilamente con una sonrisa entre sueños, en su cama, después de haber tenido sexo.

Camino hacia fuera la habitación, y no me espero a alguien más en la puerta. Son las cuatro de la mañana, y la casa nos la han dejado sola por la mamá de mi novia. Debo ser un jodido imbécil, creando todo esto sin un "fin particular" más que para despedirme porque me voy todo Diciembre, y esas son estupideces.

Me voy de aquí por muchos años más. Me han acorralado, y mi madre me ha ido a buscar; sólo me han dado diez días para pensar en lo que haré. Si regresaré para enfrentarme a mi padre o me quedo con Verónica y destruyo todo lo que su familia ha construido con tanto esmero.

No puedo ser tan egoísta.

Una vez fuera de casa, siento una mirada encima de mí, y cuando me volteo, puedo apreciar la mirada de Sergio quemando mi rostro con enojo, pero parece calmarse, y cruzarse de brazos. Hago una mueca, y me volteo para encontrarme con mi guardaespaldas, esperando por mí en la fría noche.

Me tapo mejor con la chamarra negra que llevo puesta, y me meto en el auto que me lleva hasta el aeropuerto. Mi guardaespaldas ni siquiera dice ni una palabra, y no es como si estuviera de humor para hacerlo, pero hubiera querido sentirme menos solo de lo que estoy.

Una lágrima baja por mi mejilla cuando recuerdo cómo Verónica me sonrió dulcemente cuando vio la sorpresa que me ayudaron a preparar, y más aún, la mirada que me dio cuando le di su postre favorito. Golpeo mi cabeza contra la ventana, y me doy cuenta de que he sido idiota por haber caído por ella. Debí quedarme lejos, y ver cómo hacía su vida con alguien más. ¿Por qué tuvo que meterme? ¿Por qué la besé cuando tomábamos chocolate caliente? ¡¿Por qué tuve que ir a buscarla y escuchar cómo se declaraba?! Ella es demasiado valiente, y tan linda. Supongo que mi corazón no iba a poder aguantar cuando la viera besando a alguien más, amando a alguien más, pensando en alguien más que no fuera yo. Mis brazos hormigueaban cada vez que la tenía cerca, porque anhelaba tanto abrazarla, y besarla.

Desafiando a Dante (Desamores #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora