Con una toalla alrededor, y con Dante dormido en su cama. Mi tía Olivia yace caminando de un lado hacia el otro. Muerdo mi labio con fuerza, porque no sé qué mentira decirle. No sé qué hacer. Vio a Dante vomitando, y obviamente ebrio. ¿Debería decirle la verdad? ¿Qué él me arrastró hacia su casa para meternos en la piscina, por simple diversión?
Muevo mi pie nerviosamente, viendo hacia las historietas que aún están bien acomodadas, tal como lo vi hace días, antes de que Dante se fuera de casa hecho una furia. Claro que me acuerdo cómo leía y reía a carcajadas. Ahora... todo se reduce en celos, borracheras, y besos.
Besos. ¡Madre Santísima, besé a Dante y fue tan electrizante como cuentan en las novelas! Y la forma en cómo me envolvió en sus brazos, como si no quisiera soltarme nunca. Dios.
- ¿Dónde lo encontraste? -Pregunta mi tía Olivia. No puedo mentir. Y no sé si debo-. Dime, Verónica. Por favor, he tratado de buscarlo a través de sus amigos, pero ellos me dijeron que no se hospedaba con él. No sabes cómo me preocupé. Y-yo en serio pensé que lo perdería de nuevo. -Ella solloza, y se agarra el cabello como si estuviera desesperada, con sus manos temblando.
-Él me encontró a mí. -Es lo primero que digo, con un nudo en mi garganta. Ella para de caminar nerviosamente, y me mira, pero yo sigo mirando las historietas-. Llegó a mi ventana, y trepó por ella. -Sonrío ladinamente-. Se ha estado quedando conmigo por días, en el cuarto de invitados. Me pidió que le diera tiempo, que se quedaría un tiempo, y después trataría de arreglar las cosas con usted.
- ¿Él dijo eso? ¿Estuvo tan cerca de mí estos días y no me di cuenta? -Se tapa el rostro y sus manos tiemblan aún más-. Estaba tan preocupada. Pensé que estaba quedándose debajo de un puente, o con unos drogadictos. Hasta llamé a su padre por si había aceptado el...
Para de hablar de repente, y me mira, suspirando temblorosamente, como si no hubiera querido decir lo último. Pero lo hizo, y no sé qué tipo de cosa haya aceptado Dante, o su padre quiera que acepte, pero no suena muy convincente que digamos. No suena como algo bueno. Nada que tenga que ver con la empresa de su padre suena bien, pero no lo menciono.
-Quédate esta noche, Ronnie. Traeré algo para que te cambies. -Sale de la habitación tan rápido que ni siquiera pude decirle que ya me iba a mi casa. Me paro de la cama, y me quedo viendo a Dante, que ronca ligeramente en las sábanas. Estoy tentada a acariciarle el rostro, pero, mi tía Olivia entra a la habitación con un pijama que reconozco de Gina. Ella me regala una sonrisa de boca cerrada.
-Gracias, no tenías por qué. -Digo en un susurro. Olivia asiente lentamente, y agarro la ropa.
-Allá está el baño, y puedes tomar la habitación de al lado. -Me indica, señalando con la cabeza. Asiento con una sonrisa incómoda-. Ronnie, lo dejaré quedarse en tu casa los días que quiera y se sienta cómodo, mientras tú te sientas igual. No quiero presionarlo a volver a casa cuando sé que no me quiere ver ni en pintura. Sé que... él fue grosero conmigo, pero yo fui imprudente, lo lastimé, y hablé de algo que no debía. Por eso, estoy diciéndote que una vez que despierte, puedes decirle que yo estoy de viaje, y que dejé la casa sin alarma, por accidente. -Hace una mueca-. Sé que no sabes mentir, y sólo quiero que hagas un esfuerzo. De cualquier manera, me iba esta madrugada, sólo acababa algo en mi oficina.
-Lo siento, tía Olivia. No pude... Él estaba en un estado muy... Ocurrieron cosas en la fiesta que no fueron buenas para él. -Explico en voz baja. Ella vuelve a verme, pero con curiosidad, y un poco de tristeza.
- ¿Gina estuvo en la fiesta?
La veo, sin decir nada, y creo que sabe interpretar mi silencio como una afirmación, y eso hace que apriete los labios.
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Desafiando a Dante (Desamores #1)
Teen FictionVerónica Zaragoza está metida en problemas; de eso está muy segura la chica que no puede evitar babear por el hermano menor de su mejor amiga, quien es su protegido, pero él parece odiarla o evitarla como si fuera una peste, y ella verdaderamente no...