capítulo II "Historias encontradas"

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Mientras la noche cae y el gorjeo de algunas aves merma comienza el enfatizado croar de diversas ranas. Los Silures siguen entablando una conversación muy amena con el príncipe Trideño. Están deseosos por saber el porqué de este encuentro, y su amistad con Robbendall. Riut, más presuroso consulta...



-Robbendall, hemos oído atentamente la conversación, pero nos intriga saber como surge vuestra amistad.-


-debe comprendernos, a ojos del Lid, los Trideños son traidores y conociéndolo y a sabiendas de la moralidad del Rey Suyam, el porqué es intrigante- comenta Sigal-.


-"Calmad vuestras almas, para saber qué acontece" diría nuestro sabio Rey. Trathos es uno de los tres hijos del Rey Xereder y la reina Xara de Tridex. No es aquí donde deberíamos habernos encontrado. Por lo que imagino, ha tenido algún inconveniente, que mientras nos lo explica, vosotros curadle las alas y las heridas.-aclara Robbendall-.


Mientras el Trideño se pone en cuclillas y despliega lentamente sus largas alas, Sigal y Riut sacan de sus pesados bolsones, aguas y hierbas curativas.


-Cuéntanos Trathos- dice Robbendall- ¿que te ha sucedido, que haces por aquí?


-Si, lo sé- responde Trathos- se que nos deberíamos haber encontrado hace ya varias lunas, pero...


-¿Varias lunas dices? -interrumpe Sigal algo confuso-


- Ahora comprendo, por eso hemos estado tantas lunas más allá del bosque- consulta Riut-.


-exacto, pero dejadlo explicar- enfatiza Robbendall-.


-Como os decía, sé que habíamos quedado hace ya tres lunas. Decidí que debíamos descansar, y descendimos a pocas leguas. Todo fue muy rápido, como si supieran. No los hemos divisado desde las alturas ya que la noche se hacía eco de nuestro cansancio. Nos rodearon los hombres de Xanth poco mas allá del camino de Morax. Éramos un puñado de alados exhaustos y ya sin energías debido al largo viaje, decidimos confrontarlos pero fue inútil. Traían consigo redes de acero urûll, que rápidamente abalanzaron sobre nosotros. No tuvimos la posibilidad de huir, ya que estas redes, al atraparnos se comprimen aún más, evitando así, cualquier movimiento. Nos superaban dos a uno y comenzaron a masacrarnos con sus espadas. Todo estaba muy oscuro, y solo se escuchaba como desgarraban nuestros cuerpos sin piedad, logré salirme del enmarañado momento, no preguntéis como, aún me lo sigo preguntando. Al ver a mis hombres muertos, decidí huir como pude. Estoy deshecho por mi guardia Real, pero hay algo que me preocupa y crea inmenso sopor en mí aún, ellos ya estaba allí. No me extrañaría que el brujo negro y sus nefastos *dromos hayan informado con antelación. Y aquí estoy, me he escondido en la espesura del bosque, y en sus inmensos árboles, pero cuando caí, por suerte ya estabais vosotros- relata el mal herido Trideño-.


-¡Por los rits! El mismísimo Brujo, Dromos ¿ Que más nos espera?-exclama exasperado Robbendall-


-¿Brujo, dromos, redes de acero?-pregunta Sigal- no comprendo nada Robb ¿podría explicarnos?


-Sigal... Dher es el brujo negro, del pantano de Morovit a cuyos habitantes, los Morovitos, gobierna con su poderosa mente. También posee ojos y oídos en todo el lid, sus más fieles informantes son los dromos, un ser muy pequeño y peludo, que habita en todos los bosques del Lid. Imaginaba que Dher, estaría con Mahor, Suyam lo sospechaba, por eso estamos aquí.-concluye Robbendall.-


- Así es, pero ahora sin mi guardia real, deberemos hallar la guarida Brottors, que era nuestra última opción.- agrega Trathos-


-Si Trathos, el hijo de nuestro Rey, el príncipe Suy ya me había advertido- cuenta Robbendall- pero debemos mantener la calma y concluir lo que nos han encomendado y hallarla.

El Lid "La union de las Razas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora