Desprecio

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Le daba vueltas en la cabeza una y otra vez. Jungkook estaba tendido en su cama pensando una y otra vez en como había llegado a ese punto. Se tocó el labio rozando su herida, probocada por uno de los golpes de Tae. Su mente revivía una y otra vez aquel pelo castaño rozando el rubio sin entenderlo muy bien. En serio... ¿Era ella?

Menuda decepción.

Jungkook se estaba imaginando que por lo menos la chica que fuera su rival sería un digno oponente, pero... ¿Ella? ¿En serio? De alguna manera Jeon pensaba que sería una chica que una gran historia traumatica que encogiera el corazón de su amigo, alguien con grandes problemas económicos que necesitara de su ayuda, o incluso un bicho raro o una persona con la personalidad de un personaje de un anime... Pero Dai Blumer no era una del montón, como todas las personas que había conocido salvo su amigo.

No sabía demasiado de ella, suponía que parte de su familia era occidental, ya que sus rasgos y apellidos lo delataban. Llegó en el primer curso de el segundo ciclo obligatorio educacional. Jamas había hablado con ella, habían coincidido en el mismo curso a penas unas dos veces, y nunca le llamó la atención. Era una chica callada en clases y las pocas veces que hablaba parecía expresar lo que se le pasaba por la cabeza sin pudor alguno, pero eso no era algo especial. Baekyun era mas o menos igual. Nunca llamaba la atención en la escuela, era la tipica que veías por los pasillos y que podías ser capaz de no darte cuenta de su existencia hasta el día de la graduación. Siempre iba con las mismas dos chicas de otras clases: Hwasa y Lisa. Las tres no es que fueran inseparables, pero siempre acababan juntas. 

Dai tampoco tenía demasiados amigos, pero tampoco enemigos. Siempre pasaba desapercibido, ya que a penas hablaba. 

¿Era eso quizás lo que le gustaba a Tae? Sabía que no, ya que a pesar de todos los sujetos con los que Kim había estado nunca se había encariñado mas de la cuenta a ellas. Tampoco se fijaría en su aspecto. Ella no era ni por asomo tan guapa como muchas de sus compañeras, de hecho Jungkook sentía un cierto sentimiento de asco hacia ella. Por no decir que la repugnaba.

Pero nada de eso importaba, por que demostraría a Tae que ella no era tan distinta como se pensaba. ¿Como? Pues haciendo lo que mejor se le hacía. 

Jungkook suponía que su amigo se replantearía las cosas despumes de que su enamorada se acostara con su mejor amigo.

Se levantó de su sitio, se tenía que preparar para la fiesta. Esta vez si que tenía un objetivo. Y por encima de todo lo conseguiría.

(***)

La casa estaba abarrotada de personas. A Jackson tampoco le importaba la cantidad, por que haría falta casi un ejercito para llenar esa enorme mansión. Sin duda era la noche perfecta. Sabado por la noche, sus padres estaban en un viaje de negocios... Eran solo dos cosas... ¿Pero que mas necesitaba para hacer la fiesta del siglo?

Había invitado a todo el mundo, que por cierto se habia puesto de acuerdo para asistir a la fiesta. Esta vez no reinaba el silencio en el enorme Hall de mármol blanco y con techo enormes. Ahora Jackson había mandado sacar la artillería pesada, colocando en todos los puntos, que veía libres de objetos, un montón de focos de colores y altavoces.

La planta de abajo era la pista de baile, la cocina contaba con una enorme isla con mas de cincuenta tipos de alcoholes distintos y ponches de diferentes colores. El jardín también estaba abierto, lo que hacía de todo mucho mas divertido por la piscina. 

La segunda planta era para los momentos mas privados. Era un reto entrar en alguno de aquellos cuartos sin encontrarte una escena que quizás pueda parecer indeseable. Todas las habitaciones solían ocuparse por los desconocidos a un punto de la noche, salvo una que solo podían entrar los siete integrante del grupo del propietario de la casa. "No entrar a mi cuarto" esa era la única norma que había puesto Jackson ya que ahí era el único lugar donde los siete chicos podían descansar.

LA DIFERENCIA (JJK and KTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora