La casa de momo era mucho mas grande que la suya. Sin duda se notaba el poder economico que su familia contaba. Los Hirai estaban muy metidos en la industria de la moda, y se notaba en todos los rincones de la mansion. Los tabiques y columnas blancas llegaban hasta las altas paredes. El lugar solo tenía dos plantas a pesar de los treinta metros de altura faciles que tendría la estructura. Todas las decoraciones combinaban a la perfección con los colores claros del lugar. Los enormes ventanales del salón dejaban entrar la luz del enorme jardín. Sin duda ese lugar parecía salido de la relación entre una casa de muñecas y la casa blanca.
Jungkook había, no solo llegado a tiempo, si no que se había presentado diez minutos antes. Este hecho era algo difícil de creer, ya que el pelinegro rara vez llegaba a a hora que le citaban. Sin embargo esta vez tenía un objetivo, y no tenía nada que ver con las típicas responsabilidades de un chico de su edad. Tenía que recuperar a su amigo. Y por esa razón estaba en esa sala, quería hacerlo bien.
Kai no paraba de darle la brasa sobre la historia del edificio de su novia. Jungkook había asistido mas veces a esa casa cuando la pareja del instituto preparaba una fiesta o algo por el estilo.
A pesar de que a Jeon le importaba mas bien poco las palabras del moreno asentía con una sonrrisa en la cara. Estaba tan acostumbrado a fingir con la gente que no era de su grupo de amigos que ya era facil para el. A pesar de toda la gente prestigiosa de esa escuela de aquel pequeño pueblo de corea del Sur no todos se juntaban entre ellos. Había muchos diferentes grupos sociales entre la burguesía de aquel lugar, sin embargo todos tenían que llevar buen relacion, casi por norma gneral.
El pelinegro escuchó desde la lejanía unas voces y al segundo comprendió que Momo estaría abriendo la puerta a Blummer. Era el momento. Jeón miró a la entrada del salon que conectaba con la puerta principal por el rabillo del ojo, hasta que vió dos figuras femeninas aparecer.
Momo hablaba amistosa mente con su objetivo. La japonesa llevaba puesto u vestido corto blanco con un collar plateado, que resaltaba en su marcada clavicula por el pelo negro negro y corto.
Jungkook no pudo evitar hacer una comparación entre ambas. Se notaba que Blummer tenía orígenes extranjeros. No contaba con el cuerpo que la mayoría de chicas portaban. Seguramente pesaría entre 5 o 10 kilos mas que Momo a pesar de medir lo mismo, aún que su figura seguía esbelta y estilizada. También contaba con unas caderas y muslos mas prominentes que el resto y, por mucho que le asqueara a Jeon admitirlo, también estaba bien dotada en la zona de los pechos en comparación con el resto de población coreana.
—Bueno ¿Comenzamos?— dijo Kai con una sonrisa después de saludar a Dai.
Jungkook tubo un poco de miedo de dirigirla la palabra. Se jugaba mucho y al contrario de otras veces para conseguir lo que quería esta vez tendría que hacer creer a la chica que estaba arrepentido de lo que hizo y a demás fingir empezar a enamorarse de ella. Por que si, ese era su plan.
Hacerla creer que el chico malo había caído ante sus extravagantes encantos. No le importaba romperla el corazón si conseguía a cambio de nuevo a su mejor amigo.
—Hola.— mustió Jungkook entristecido sin mirarla a los ojos. Esa era la primera fase, hacerse el arrepentido por lo que intento hacer en la fiesta.
Sorrio en su interior por lo perfectamente interpretado que había hecho ese "Hola", pero de nuevo algo en sus suposiciones salió mal.
—Hola Jungkook.— le respondió Blummer con una sonrisa y animada voz.
Era un saludo tan normal... Tan simple... Pero ¿Porque narices le hablaba así después de lo que pasó? ¿Acaso no debería sentirse un poco avergonzada o enfadada? ¿Es que era idiota?
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LA DIFERENCIA (JJK and KTH)
FanfictionA Jeon Jungkook le gustaba su vida, ir de bar en bar con su grupo, pasar las noches en camas desconocidas, experimentar con nuevos productos que su proveedor le conseguía... ¿Por que a su amigo no? ¿Que había pasado para que el dejara atrás todo lo...