No te merece.

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Ese mundo no era para ella. Aquella chica no estaba dentro de el encaje normal del resto, y quizas eso es lo que la hacía tan especial, y tan invisible. No tenía nada de especial a primera vista, era una mas entre el montón. No tenía unos ojos enormes, tampoco unos labios perfectos, y su pelo al contrario que el resto de chicas coreanas era poco voluminoso y de un tono claro natural sin llegar al rubio. Su rostro tampoco llamaría la atención de nadie, tampoco su cuerpo, que no llegaba a los ideales del peso coreano pero que entraba dentro de la media normal de las adolescentes entre 15-18 años.

En resumen: ella era normal.

<<Soy tan normal como el resto de personas, no dudo que en este mundo exista alguien diferente. Pero no es lo normal, no estaría bien. Yo creó que lo realmente diferente es peligroso. Por que cuando eres diferente, eres venenoso.>> Me dijo aquel día en el lago con la luz reflejada sobre su rostro con una sonrisa que ocultaba tantas cosas como yo trataba de hacerlo.

 Si eso era así... ¿Por que ella le había cambiado? ¿Por que alguien normal le había llamado la atención entre todas las personas que le podían ofrecer algo mejor? ¿Acaso se estaba volviendo loco?

No. El no cambiaría de opinión, como había hecho en otras muchas cosas. No sabía a que se refería ella con normal, pero para el esa chica no lo era. Y sí, quizas era un veneno que se estaba cargando todo lo que estaba creando, pero a pesar de todo ella no era peligrosa. Ella era la que le salvaría de ese infierno disfrazado de olimpo.

Kienggiju. Corea del Sur. 21/6/2018.

El club seguía igual que siempre. La gente iba de un lado al otro buscando saciar sus ansias de encontrar lo que requerían en ese momento. Sexo, drogas, dinero... Dependía del buen olfato de cada uno el conseguir lo que requerían o no. Pero ahí era fácil. En aquel club nocturno esas tres cosas se relacionaban de tal manera que no había nadie de ahí que no requiera de ellas.

Las luces de neón se reflejaban sobre el mármol de la barra de bebidas, donde innumerable personas pedían de una en una sus bebidas para envlesarse con sus sustancias y dejar atrás sus patéticas vidas reales y poder comenzar por una única noche de nuevo. Todo el mundo vestía con ropajes caros, ese club era únicamente para gente como el. Adinerada. Muchas personas decían que el grupo de Jeon Jungkook no eran mucho mas que unos pijos que no tenían donde desperdiciar su dinero. Todo el mundo decía que les odiaban, pero si eso era así ¿por que todo el mundo caía en sus redes cuando se presentaba la oportunidad? 

Las mujeres que les odiaban siempre acababan en sus camas, los compañeros de instituto que siempre les criticaban en su grupo de amigos en realidad morían por poder estar dentro de aquel grupo de "niños mimados". Incluso los camellos que siempre hablaban de ellos como unos flojos se morían por ser los que pudieran ser los privilegiados de proveerles la droga necesaria.

¿En serio era desprecio eso? No, claro que no. Por que a la hora de la verdad todo el mundo desea una historia con esos chicos aparentemente tan indeseables.

Nam se removió incomodo sobre el sofá de cuero mientras que miraba de reojo al  resto de los chicos. Había un aura que radiaba malestar, y aún que para cualquier persona la razón sería un total misterio, para el genio del grupo era tan fácil de descifrar como lo que ocultaba el sujetador se la chica que no paraba de mirarle.

—¿Aún no sabes donde está?— preguntó un chico de labios gruesos y ojos afilados que vestía un traje oscuro que hacía destacar su pelo rubio en la oscuridad. 

—No Nam.— respondió cansado Jungkook casi en un reproche.— No se donde esta. El muy idiota no me responde a los mensajes.— respondió con el entrecejo fruncido Jeon Jungkook. Estaba claramente molesto.

LA DIFERENCIA (JJK and KTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora