Quedate

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El paisaje pasaba a gran velocidad a trabes de los grandes ventanales de aquel tren que se dirigía desde Seoul hasta el lugar donde vivía. Hacía un nublado, los rayos de sol que se encontraban con las nuves no podían pasar de manera directa hacia la superficie, provocando así una fuerte luz difusa en todos los rincones de aquel transporte que surcaba las vías de la región sur coreana. 

Tae miraba totalmente absorto el exterior, con la mente muy alejada de aquel lugar. 

Solo podía pensar en dos cosas, ambas relacionadas entre sí, sin embargo una de ellas estaba por encima de la otra. ¿Como reaccionaría Dai al decírselo?

(***)

—¿Cuantas cucharadas de azúcar querías?— se escuchó una voz por el apartamento proveniente desde la cocina.

—No quiero azucar. No me gusta dulce.

Jungkook asomó su cabeza sobre la pantalla del movil para dirijir su mirada desde el sofá a la parte donde se encontraba la chica en la zona que constituía la cocina. La joven no dijo nada mas, solo removió un poco mas las dos tazas y se volvió hacia el lugar donde estaba el chico. Le tendió la taza, la cual el pelinegro cojió para volver a sumergirse en las redes sociales de su aparato electronico. Por otra parte Dai se fue a sentar a la silla de mimbre que colgaba del techo mientras que cogía su ordenador para seguir escribiendo lo que fuese que fuera.

Jeón miró de reojo a la joven, que se había vuelto a sumergir en sus asintos concentrando toda su atención a su pantalla.

El pelinegro frunció ligeramente el ceño mientras que la obserbaba minuciosamente. En esos momentos la chica se había cambiado de ropa por la mañana, para sustituirla con su pijama de vagabunda. Su pelo estaba recogido en un desastroso moño, que junto a las heridas de su rostro la hacían ver mucho mas horrible de lo que ya era.

El siguió vagando por cada detalle de su rostro, sin perderse ningun rasgo. De alguna manera intentaba anizarla a ella. Analizar la situación en la que estaba en esos momentos.

Esta mañana cuando se despertó se encontró con que había dormido toda la tarde anterior y la noche seguidas, todo el tiempo en la cama junto a Dai. Eso no tenía que ver para nada con el, ya que no podía evitar la regularidad de las horas que dormía, sin embargo ¿Por que estaba ahí sentado en esos momentos, y no en su propia casa?

Esa pregunta llevaba un buen rato rondando en su cabeza, pero la respuesta nunca llegaba, como si estuviera en un examen del que no tiene ni idea y tuviera que releerse las preguntas una y otra vez esperando a que le llegaran las respuestas por ciencia infusa.

—No me dijiste que no te gustan las bebidas dulces.

Jungkook se sobresaltó por la pregunta. Miró a Blummer con una mirada interrogativa, y al segundo ella le explico las palabras sin necesidad de que el chico mostrara su confusión verbalmente.

—El primer dia que viniste a mi casa.— habló ella, apartando el ordenador de sus rodillas para mirarle directamente a los ojos.— Te dí un Té dulce y te lo tomaste sin decir que en realidad no te gustaba.

El la miró sin quitar esos ojos abiertos. No sabía como interpretar la pregunta.

Por una parte esa pregunta odía alvergar algo mucho mas que lo que aparentaba, como el hecho de que estuviera dando a entenderle a Jungkook que gracias a ese hecho supiera que lo que hacía el joven era interpretar un papel constantemente donde mentia tanto en sus gustos como en su personalidad.

Por otra parte esta pregunta podía significar que la chica solo quería entenderlo.

¿O quizás las dos a la vez?

LA DIFERENCIA (JJK and KTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora