Dai Blummer llamó al timbre de la puerta.
Se sentía extraña estando a la puerta de aquella enorme casa, jamas había pisado nunca un hogar que no fuera el suyo, ya que sus amigas nunca la invitaban ya que preferían irse de compras, mientras que TaeHyung siempre daba preferencia a su pequeño piso. Es por eso que estaba emocionada de estar ahí.
Sus manos le sudaban cuando se ponía nerviosa, como era ese el caso. Sentia que mil abejas la estaban picando por todo el cuerpo desde que se besó con Jungkook, tenía que admitir que no podía dejar de pensar en lo mucho que le había gustado vivir aquel cálido contacto, y se sentía avergonzada al pensar que no podía esperar mucho mas para volverlo a vivir.
Dai no era tonta, cuando Jeon la invitó a ver una película a su casa lo relacionó al instante con todos los post en las redes sociales que hacían alusión a esa indirecta diciendo que en realidad siempre que en una mareja de amigos se daba el caso acababan teniendo sexo. Es por eso que estaba como una moto en ese momento, no conseguía relajarse. Si iba a tener sexo con Jeon... ¿Como lo harían? Obviamente Dai sabía como era el sexo, a demas Yoongi se ocupo de recordarle antes de salir de casa que como no se pusieran protección el mismo se encargaría en castrar al pelinegro. Lo que su amigo no sabía es que esa posibilidad podía ser mucho mas real de lo que parecía.
SIn embargo la chica no sabía muy bien que tendria que hacer en la situacion. Ella era una adolescente normal como cualquiera, es por eso que tambien tenía deseos indecentes ocultos, aún que por alguna razón nadie decía creer. Cada vez que conocía a alguien siempre la trataban como si fuera un espécimen raro, como si no fuera una adolescente y creyeran que no era capaz de pensar como uno, cuando la realidad era totalmente la contraria. Dai se veía a si misma como cualquier otra chica, es por eso que también quería vivir ese tipo de vivencias.
No entendía por que todo el mundo la mal interpretaba.
Cuando por fin la habrieron la puerta pudo verle. Los dos se miraron con los ojos abiertos, como si no fuera obvio que iban a ser los que se debían encontrar tras la puerta. Parecía que los dos estaban muy metidos en sus pensamientos.
—Hola.— saludó Blummer
Ella esperó a su respuesta, pero para su sorpresa de repente sintió como el joven se acercaba a ella para dejar un dulce y simple beso sobre sus labios. Cuando el se apartó vió con una sonrisa como había pillado a la chica desprevenida.
—Ah... ¿Gracias?— dijo ella aún seria con una ceja ligeramente encarada provocando una sonrrisa en el chico.
—Anda, pasa.
La chica hizo caso. Cuando entró se quedó absorta en todas las decoraciones del enorme salon: el las flores rosas que decoraban muchas de las macetas, las estatuas de mármol que trataban de hacer una mala imitación a los clasicos grecorromanos, los muebles de diferentes estampados, el siguiente mas extrabagante que el anterior, la enorme chimenea de piedra y sobre todo los cuadros de marco circular que colgaban sobre esta.
—Es horrible.
Los dos hablaron al mismo tiempo, Blummer en un susurro menos audible y Jeon con una gran seguridad en su tono, sin embargo los dos se escucharon el uno al otro. La chica se volvió para verle a el, sorprendida por su reciente conexión. Cuando se miraron de nuevo Jungkook sonrrió. Parecía que ese día estaba realmente de buen humor.
—Mejor te enseño mi cuarto.
El chico la dirijió hacia unas escaleras que desembocaban en dos pasillos, los dos decidideron tomar el camino de la derecha, donde a través del pasillo se distribuían una gran cantidad de cuartos. Jeon entró en uno de ellos seguido por su acompañante.
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LA DIFERENCIA (JJK and KTH)
Hayran KurguA Jeon Jungkook le gustaba su vida, ir de bar en bar con su grupo, pasar las noches en camas desconocidas, experimentar con nuevos productos que su proveedor le conseguía... ¿Por que a su amigo no? ¿Que había pasado para que el dejara atrás todo lo...