Parte 3

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Parte 3.

"Um, ¿te das cuenta de lo cruel que fue tu reacción justo ahora?", Le dije a Yuigahama. "Tú no lo hiciste, ¿verdad? Hacer ello."

"... Oh." Yuigahama dio marcha atrás. "Yo solo, uh, no podría imaginar con una chica, a Hikki..." Ella cogió el teléfono celular caído, sonriendo con timidez.

"Tonta", le dije. "Soy cool. Deja que te informe en lo maravilloso que soy. Cuando nuestras clases consiguieron barajarse y todo el mundo estaba cambiando números de teléfono, yo era tan popular en todo lo que hacía que tome mi teléfono y miré alrededor torpemente cuando esta chica me llamó y dijo: 'Um, bien, vamos a intercambiar los números'."

"'Bien', dijo ella. La bondad puede ser una amante cruel." Una sonrisa cordial vino sobre la cara de Yukinoshita.

"¡Ahórrame la pena! Estuvimos totalmente vía SMS entre sí después de eso".

Yuigahama se quedó mirando el teléfono celular. "¿Qué clase de chica era ella?", Preguntó con indiferencia. Sin embargo, curiosamente, sus movimientos de los dedos en alta velocidad también llegaron a una parada completa.

"Vamos a ver...", dije. "Ella era una chica sana y reservada. ¿Por qué? ella estaba tan sana que cuando le envié un mensaje a las siete de la noche, me dieron una respuesta a la mañana siguiente que dije, 'Lo siento, estaba dormido ~ nos vemos en la escuela~', y era tan discreta y elegante que hablarme en el aula era embarazoso para ella".

Yuigahama puso una mano sobre su boca. "Oh, eso significa..." Ella ahogó un sollozo, las lágrimas se escaparon desde sus ojos.

Ella ni siquiera me necesitaba señalar lo patético que era. Ella se daba cuenta claramente por ella misma.


"Así que ella ignoró sus textos fingiendo estar dormido. Hikigaya-kun, deja de evitar los ojos de la verdad. Enfrenta a la realidad."

¿Tú dices algo, Yukinoshita-san? ¿Qué pasa con esa mirada en tu cara alegre, Yukinoshita-san? ¡Que te den también, Yukinoshita-san!

"... Yo sé todo lo que hay que saber acerca de la realidad. Sé que tanto puedo también hacer una Hikipedia".

¡Pffft, jajaja! Esto seguro me trajo recuerdos. Yo era tan inocente en aquel entonces. No había sospechado que la chica me había pedido mi número fuera de la compasión y respondía mis mensajes porque sentía pena por mí. Lo entendí en el tiempo después de dos semanas, cuando ella no me respondería sin importar cuántos mensajes le envié, y así lo dejé.

OREGAIRU VOLUMEN 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora