Ⓣ 𝐎𝐩𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 Ⓚ

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Jeon Jungkook era su nombre.

A Taehyung le llevó tres días, once intentos de valor y un refresco de la cafetería para saber más del chico bonito que llevaba ese frasco de vidrio a todas partes.

Jeon Jungkook. Era un estudiante transferido desde hacía dos semanas y... no tenía amigos. La última parte era bastante triste, pero, según pudo investigar (y por investigar, se refería a interrogar o sobornar a otros estudiantes del año inferior) el chico se negaba a entablar una relación con cualquier persona, fueran alumnos o profesores.

Ese frasco lo llevaba consigo desde el primer día.

La primera vez que Taehyung lo vio fue en los pasillos, y no llamó su atención por lo que llevaba, sino por la mirada que tenía. Sus ojos paseando por cada pequeño detalle, el modo en que sujetaba su mochila con nerviosismo, y cada parte de él daba a notar que era nuevo.

Tenía la intención de acercarse para ayudarlo y guiarlo a su salón, pero de inmediato un hombre joven llegó y rodeó sus hombros con un brazo, sonriéndole y dándole ánimos. Más tarde se enteró que era su hermano.

La segunda vez fue en el patio trasero, aquel donde había algunas bancas y mesas que podían usarse durante los recesos. Generalmente, y por alguna razón que desconocía, no solía haber tanta gente en esa zona. En aquella ocasión, Jungkook estaba solo, con un libro entre sus manos, y el recipiente de vidrio sobre la mesa que ocupaba.

Taehyung no le dio demasiada importancia, pero al día siguiente de nuevo lo vio allí, esta vez en la cafetería, y de nuevo con aquel frasco, que notó que tenía algunos papeles en su interior. El chico escribía algo en una pequeña hoja, con muecas pensativas entre tanto, hasta que al terminar, la doblaba e introducía en el frasco.

La curiosidad de Taehyung fue instantánea.

Necesitaba saber el motivo para costumbre tan extraña, pero fascinante, porque realmente muchos creerían que una acción así era extraña, pero el mayor sólo quería saber, ¿era un objeto preciado? ¿Un frasco de la memoria? ¿De las groserías? Yoongi hyung tenía uno de esos.

Sea lo que fuere, quería saberlo.

Para ocultar el hecho de que le daba vergüenza ir directamente a preguntar, se decía a sí mismo que estaba "esperando" el momento indicado para presentarse con Jeon Jungkook, seguro de que no lo ignoraría o algo por el estilo. El menor no hablaba con nadie, mantenía la vista fija en sus libros y su único amigo parecía ser un recipiente de vidrio. Taehyung adoraba poder establecer amistades con ese tipo de personas reservadas, por algo Yoongi hyung era su mejor amigo.

Eso, y otros detalles, claro.

Decidió que el segundo receso del lunes era la mejor opción, porque descubrió que él siempre estaba en el mismo lugar: el patio trasero, mesa roja, bancos blancos.

Tuvo muchas ideas de cómo iniciar una conversación, algunas bastante extrañas, como fingir caerse frente a él para ver si lo ayudaba o pretender confundirlo con alguien más, pero ninguna parecía lo suficientemente correcta, porque no todos los chicos reservados eran iguales. ¿Qué tal si lo terminaba espantando antes de siquiera lograr hablar con él?

— ¿Sabes? Creo que lo mejor con chicos como él es captar su atención con algo con lo que estén cómodos. Por ejemplo, imagina que le gusten... no sé, las fresas.

— ¿Por qué fresas? — interrumpió Yoongi a Hoseok.

— Sólo es un ejemplo. — se encogió de hombros, antes de seguir. — Entonces, inicias una conversación normal y le terminas invitando uno de esos batidos de fresas de la cafetería.

— Eso suena estúpido. — volvió a hablar el de cabello rubio.

— ¿Entonces qué hago, hyung? — quiso saber Taehyung mientras, con una mueca de disgusto, quitaba los pepinillos de su sándwich.

— Sólo sé directo con él. Pregúntale lo que quieres saber, y luego lo dejas en paz. — rápido y efectivo. — De seguro no le gusta que lo fastidien demasiado.

— ¿Estás hablando de Jongmu...?

— Jungkook. — corrigió Taehyung.

— ¿... o de ti, hyung? — quiso saber Hoseok con una leve sonrisa, antes de beber un poco de su refresco. — Te diré qué. Sólo sé tú mismo. Amistoso y amable como siempre lo eres. No creo que eso le fastidie si sólo quieres hacerle una pregunta. Puede que no sea antipático — miró de reojo a Yoongi. — sino tímido.

— Sí, supongo que lo intentaré. — respondió, no muy seguro.

— Genial, quiero verlo. — Yoongi apuntó hacia afuera, donde se podía ver a Jungkook sentado en el lugar de siempre. Taehyung había obligado a sus amigos a cambiar de mesa en la cafetería las últimas semanas para tener la mejor vista del patio exterior. — Ahora.

— ¿Debería?

Hoseok asintió, aun sonriendo: — Claro, ¿por qué no?

Taehyung asintió animado, antes de levantarse.

Operación Jeon Jungkook: intento uno en proceso.  

Mientras caminaba de manera casual y bien disimulada hasta donde se encontraba Jungkook, Taehyung se percató de que realmente no tenía ni la más mínima idea de que podría decirle, y que tampoco había pensado en como iniciar una conversación, pero cuando quiso darse cuenta, ya estaba frente a él, y ya había dicho algo.

— Disculpa.

Inmediatamente, Jungkook alzó la cabeza en su dirección, mirándolo directo a los ojos sin señal de timidez alguna. Taehyung lo analizó por unos mili-segundos: no parecía haber alguna expresión de timidez porque alguien le hablara, sorpresa o interés porque fuera alguien que no conocía, ni curiosidad de porqué estaban hablándole. 

Sus ojos no mostraban algo en especial, y Taehyung no supo porqué, pero se sintió intimidado.

— ¿Podrías decirme la hora? — fue lo que dijo.

Al instante se arrepintió porque estaba preguntándole por la hora teniendo su teléfono en mano, y ya se imaginaba que Jungkook notaría eso y acabaría sumido en la vergüenza, pero, en cambio, el menor simplemente negó con la cabeza firmemente y volvió la atención a lo que hacía.

Operación Jungkook: intento uno, fallido.

𝙏𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 «ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ» • 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐆𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora