Acercamiento

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Nadie sabía si la discusión que se estaba escuchando desde la habitación de Sesshomaru era para alegrarse o para preocuparse. Aunque solo Rin y Mizuki sabían el porque su amo se había demorado tanto en sanar, realmente ambas empezaban a sospechar de que esto estaba tomando mucho mas tiempo, inclusive Yaken no cabía de preguntarse porque su amo bonito al ser un Youkai poderoso todavía seguía recostado en su futon sin querer levantarse, porque al parecer él lucia muy bien.

-Largate de mi habitación y de mi castillo-bramo al parecer furioso Sesshomaru a Kagome

-Lo haré-le respondió de igual forma arrodillada a su lado. Las heridas que tenia Sesshomaru habían desaparecido por completo. Ella misma se había encargado de curárselas y a su parecer él ya estaba totalmente sano. Sin embargo por alguna razón que no entendía, Sesshomaru no quería levantarse y eso de alguna manera la incomodaba.

-Y ya te dije que no quiero tu maldita preocupación-la agarro inesperadamente por el cuello. El sabia que ya estaba bien hace tiempo pero por una estupida razón sin sentido quería aparentar que no había mejorado del todo-odio ese brillo que tienes en tus ojos-le dijo...mentira...una mas, pero estaba enojado consigo mismo por muchas cosas, por estos sentimientos inútiles que lo estaban embargando y no podía echarle la culpa a la Luna Llena porque ya había pasado haciéndole comprender que estos deseos que tenia no eran pasajeros, ni tampoco la ansiedad que tiene un macho por un hembra. Esto era mucho mas profundo.

-¿Preocupada?-rió Kagome irónicamente-en primer lugar-le dijo sin importarle que las garras de Sesshomaru se posaban peligrosamente por una de sus venas principales porque sabia que él no haría nada como la otras veces-Si estoy aquí es porque me lo pidió Rin-quito la mano de Sesshomaru con fuerza de su cuello-en segundo lugar llámalo pago a lo que obligadamente has hecho por mi- ante aquello su conciencia pareció reprenderla porque algo le decía que el hecho de que él la hubiera salvado varias veces no fue totalmente por obligación-No quiero deberle nada al gran Touyaki Sesshomaru-lo dijo en burla-y tercero ¿Que tiene de raro mi mirada?-le grito domándole una respuesta que ella estaba no muy segura de recibir.

-No me miras igual-para su propia sorpresa se lo dijo de una manera suave y Kagome cambio su expresión de su rostro ante lo que él dijo. Por eso él para evitar su mirada confusa prefirió mirar hacia otro lado. Maldición, no quiso decirlo, fue algo que se le escapo. Pero no sabia que significaba esa mirada y para colmo esta no era la primera vez que lo hacia porque antes de que ella supiera toda la verdad también había notado ese cambio en su mirar, solo que ahora era mucho mas notorio. ¿Acaso lo estaría comparando con Inuyasha? Y si era así él prefería mil veces que lo odiara-Déjame inútil humana, largate-

-El único inútil aquí eres tu-Kagome prefirió dejar pasar lo primero que le dijo. Ella sabia que era verdad, no le dirigía la misma mirada de un principio porque el odio que le llego a sentir había desaparecido. El volvió a mirarla mucho mas enojado que nunca pero eso a ella no le produjo miedo. Se le acerco, él la miraba hacia arriba desde la posición acostaba en que estaba y ella hacia abajo mirando esos ojos ámbar insolentes, esas marcas moradas en su rostro y la luna que diferenciaba de otro clanes-¿Estas así porque un Youkai te causo unas cuantas heridas? con esa actitud solo te pareces a Inu...-no termino de decirlo sobre todo porque pudo notar como la mandíbula de Sesshomaru se tenso por completo endureciéndose mas y él en un arranque de ira tomo sus hombros con fuerza para atraerla tan cerca como pudo a su rostro.

-No me compares al híbrido de mi hermano-pareció rugir ante cada palabra.

-No lo hago para ofenderte ni para compararte... ambos son diferentes-se quedo un momento en silencio mirándolo y después de unos minutos de tedioso silencio observándolo noto algo también en él-Tu mirada... tampoco es igual...-los ámbar inesperadamente se abrieron ante el cambio de tema sin saber que hacer ante aquella afirmación.

El pecado de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora