Si Es Amable Algo Quiere.

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Para desgracia de Dorian el hermano de Camiel se quedó en la casa y no sabía cuándo se iría.
La verdad es que el tipo ese era un humanofóbico de lo peor, aunque no era correcto decir esto, las fobias son miedos, él despreciaba a los humanos sin razón e indiscriminadamente, lo suyo simplemente era estupidez.
El imbécil había mandado a arreglar su motocicleta, así que como no tenían que tratar más por ninguna razón, sin decir nada ambos habían llegado a un especie de tregua dónde se ignoraban mutuamente o eso era hasta ese día.
Dorian estaba cenando tranquilamente en la mesa junto con todos cuando de pronto el Imbécil soltó. -Creo que los humanos deberían comer en la cocina, como todos los sirvientes-
Dorian estuvo a punto de soltar que los perros debían estar en el patio, pero considerando que todos ahí eran hombres lobo excepto él no sería apropiado ni justo decir eso, así que en su lugar dijo. -Pues entonces debes salir más de tu cueva, así no funciona el mundo real, idiota-
-El mundo real de los humanos es ignorancia infinita, tan cegados a todo, tan estúpidos he inferiores en comparación con los demás, frágiles, mueren tan rápido.-
Dorian quiso decirle algo pero ¿Qué decirle a eso? Era verdad, los seres humanos eran frágiles e ignorantes, sólo había un pequeño puñado de humanos que sabían de las otras especies sobrenaturales, y de ese puñado la mitad eran locos, frikis, Otakus, o gente obsesionada a los que nadie creería, los humanos estaban tan cegados a todo... Aunque no podía decir nada en contra de eso Dorian no se quedó callado -¿Y qué? Eso no es razón para tanto odio. De verdad, prefiero comer en la cocina que tener que escuchar sus estupideces- Y sin más se levantó con su plato de comida. Mikhail sólo siguió comiendo con satisfacción e ignoró la mirada de reproche de Camiel.

El irse de la mesa a la cocina para evitar una pelea demostró a los Rosen la calidad de persona que era Dorian, un buen hombre que evitaba los conflictos innecesarios con elegantes buenas respuestas y acciones, pero nada más alejado de la realidad, lo que Dorian quería hacer realmente era devolverse al comedor y lanzarle el plato a la cabeza al imbécil y luego estampar su frente contra el vidrio de la mesa una y otra vez hasta dejarlo inconsciente, la verdad sólo se contuvo porque habían niños presentes, porque si no...

Los días siguientes a ese fueron normales, Mikhail desde el incidente del comedor no volvió a decir nada desagradable contra la especie humana, es más, ignoraba completamente a Dorian, lo que era bueno, suponía que era la costumbre pero a Dorian dejó de importarle el hecho de que no se largara rápido de la casa, como se ignoraban mutuamente a él no importaba mucho, en realidad sin saberlo el tipo había terminado ayudándolo, cada vez que jugaba con sus sobrinos él hacía más fácil su trabajo.

Por fin fue fin de semana y su día libre había llegado, así que con ansias Dorian tomó su moto y salió temprano de la casa, estuvo por ahí vagando hasta que vio algo sospechoso en las laderas de la ciudad cercana, una camioneta negra al principio, luego cada vez más y más, en total vio cinco, dos hombres bajaron de una camioneta y hablaban entre ellos, vestidos de negro y apariencia militar eran realmente llamativos y al parecer ellos lo sabían pero no les importaba, eso solo significaba problemas. Dos más tipos se bajaron de la camioneta cercana a esa, Dorian se fijó y notó que eran hombres lobo, la manera en que alzaban la nariz para captar el olor del ambiente los delataba, eso y la actitud nata de los lobos que decía "El mundo es mio".

Dudaba que todos esos fueran amigos de Camiel, así que escondiéndose de nuevo contra una roca decidió alertarlo, aunque no era un hombre lobo su instinto no le fallaba, serían atacados por el enemigo, era una suerte haberse enterado pues había estado en un restaurante que le daba vista a la calle cuando vio pasar a la primera camioneta, sólo para prevenir había decidido seguirla, pagó rápidamente y se internó en el bosque que bordea la carretera para seguir a los autos que pararon de la nada a la mitad del camino, ir en moto habría sido demasiado obvio, por eso decidió seguir su trayectoria con cautela a pie, al parecer acertó pues ellos habían parado y pudo verlos de lejos escondido entre los árboles y unas rocas sin que lo descubrieran, así fue que pudo saber de qué especie eran esos tipos tan sospechosos que iban por el camino que llevaba a la casa.

(BL) CARAMELO DE LIMÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora