*ARIES* Capítulo 2

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Jake y yo nos habíamos pasado toda la noche hablando. Nunca antes había conectado tan rápido con una persona. Después de una larga conversación que nos mantuvo en vela toda la noche, supe que él siempre iba a ser mi amigo.

De camino al piso de mi hermano, ya de madrugada, pude ver dos personas hablando frente a la puerta del piso. El corazón me dio un vuelco cuando reconocí a mi hermano y a mi madre discutiendo en plena calle. Me escondí rápidamente en la esquina más próxima antes de que ellos pudieran verme. Escuchaba sus gritos desde mi posición, no obstante, estos eran inteligibles. Me senté en el borde de un escaparate y estuve dándole vueltas a las posibles soluciones. Esta vez había metido la pata a base de bien. La discusión terminó con un fuerte portazo en el coche de mi madre. Me levanté al instante, con intención de huir, pero, al girarme, pude ver a Will parado frente a mí, apoyado en la pared y con los brazos cruzados.
-Pensaba decírtelo... -No fui capaz de mirarle a los ojos.
-Me has mentido.
-Lo siento
-Eso ya da igual. Prepara tus maletas, mañana vendrá a recogerte. -Me quedé en shock. Will se giró y entró en el edificio.

Me quedé unos minutos, parada en medio de la acera. Mi mundo acababa de destruirse por completo. Todo lo que había luchado por tener una nueva vida se había ido a la mierda. Apreté la mandíbula y dí un fuerte pisotón al suelo. Me negaba a volver. Eso no era para nada una opción y toda mi ira desembocó en mi hermano. ¿Cómo podía hacerme aquello? ¿Es que acaso él no estuvo en mi misma situación hace años?¿Había olvidado lo que suponía vivir en la misma casa que mamá?  Me sentía muy frustrada, pero traicionada sobre todas las cosas. 

Subí al piso rápidamente y, al entrar en la casa, me dirigí como una bala hacia el cuarto de Will, abriendo la puerta de sopetón.

- ¡¡No puedes hacerme esto!! -Saqué toda mi furia de sopetón.

- No tengo más remedio. Lo siento. -Él estaba sentado en la cama, muy tranquilo. Ni siquiera me miraba.

- No es cierto. -Los ojos se me pusieron vidriosos. - Pídeme que me quede, contigo. Por favor Will...

- No puedo hacer eso. - Se encendió un cigarrillo.

- ¡¡PUES VETE A LA MIERDA!! - Cogí lo primero que cogí y se lo tiré. Él lo esquivó. Me arrepentí al instante, pero enseguida me volvió a invadir el rencor y me marché, dando un portazo.

Sentada en el banco de un parque, con la mochila a mis pies, pensaba en una solución a todo esto. Pensé en Donna y dónde podría estar en ese preciso momento. Ella, al igual que yo, quiso desaparecer. Peter se sentó a mi lado.

- ¿Cómo me has encontrado? - No le miré, no quise que notara mi cara, al borde del llanto.

- Te ví salir del piso muy enfadada y decidí seguirte. Lo siento.

- No importa...

- ¿Puedes decirme qué a pasado?

- Que Will ya no es el mismo...

- Ellie... ¿Cómo esperas que sea el mismo con todo lo que está pasando?

- Deja de intentar ser comprensivo. - Le miré , con el ceño fruncido. El bao salía de nuestra boca al hablar. - Sé que tú también estás cabreado.

- Te refieres a lo de Donna. - Yo asintí. Él se apoyó en sus rodillas. - Debí darme cuenta de que no tenía posibilidades con ella hace tiempo. Si alguien tiene la culpa soy yo.

- ¿Porqué no la buscas?

- ¿Has escuchado lo que acabo de decir?

- ¡Yo te acompañaré! - Me levanté de golpe. - ¡Si me alejo de todo esto no me obligarán a volver con mi madre!

- Conque eso es lo que ha pasado... - Yo miré al suelo. - No puedo permitirme viajar ahora.

- ¿Por? Vamos, en nada se acabarán las vacaciones. Tenemos que aprovechar estos días muertos.

- ¿Y si la encontramos, después qué?

- Le dirás lo que sientes.

- No servirá de nada. 

- Si te quedas sin hacer nada, está claro.

Apoyada en el coche, frente a la puerta del piso, esperaba a que Peter bajara con la maleta. Al fin apareció tras la puerta, pero por desgracia para mí, Will iba detrás de él. Peter fué directamente a dejar las cosas en el maletero, mientras Will se plantó en frente de mí.

- Por favor, no hagas locuras, Ellie.

- No tengo alternativa. - Intenté decirlo lo más neutral posible, cortante. Él me abrazó con fuerza, me quedé sin habla.

- Siento no poder darte la vida que querías... prometo que lo seguiré intentando. Mientras tanto no aparezcas por aquí, hasta que Mamá se canse de esperar.  Le diré que te has escapado y que no creo que vuelvas en mucho tiempo.

- No lo entiendo... ¿Realmente quieres que me marche?

- Es mejor que volver junto a ella... No puedes quedarte conmigo Ellie, por lo menos hasta que la ley juegue en mi favor.

- No quiero que estés solo...

- Chad se va a quedar unos días en el piso, tranquila. 

Peter se subió al coche y volví a abrazar a mi hermano por última vez antes de entrar en el vehículo. Will le dio un papel a Peter por la ventanilla.

- Aquí podréis encontrarla.

Peter puso cara de incomprensión, resultaba que Will sabía el paradero de Donna todo este tiempo, y, a pesar de que los padres de la chica habían preguntado y buscado hasta la saciedad, él le había guardado el secreto. Nos alejamos de la ciudad con la esperanza de que al volver, todo siguiera igual que de costumbre.

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