Aún no lo podía creer. Acababa de dar mi primer concierto como vocalista del grupo. Todo había salido a la perfección y no podía estar más contenta. Tras el escenario, Chad y Donna me rodearon el cuello en un intento de semi-abrazo y soltaron comentarios como "Enhorabuena, ya te has estrenado." o "Esto hay que celebrarlo", después se marcharon al camerino a recoger sus cosas. Yo me quedé parada en el sitio, sin dejar de sonreír. Decidí ir a ver a mis amigos, que se encontraban entre el público.
- Aún no me lo creo... ¡Tengo una amiga famosa! -Bromeó Mike.
-No te pases, todo a su tiempo. - Repliqué, riendo. - Gracias por venir chicos. Esto es importante para mí.
-Oh venga. Sabes que nos encanta ir a conciertos, y desde luego no nos íbamos a perder el tuyo. -Dijo Kathy.
Cuando Donna y Chad salieron del camerino, les presenté a todos mis amigos, que parecieron caerse realmente bien; sobre todo Mike y Chad, que compartían su amor a las fiestas. El dueño del bar donde habíamos dado el concierto nos invitó a un chupito de nuestra elección a los del grupo. Después de ese chupito fué otro, y así pasamos la noche. En un punto de ésta, tuve que acompañar a Donna a vomitar en el descampado de al lado, y volviendo al bar me contó todo lo que había pasado con Will y que aún estaba enamorada de él, y que, a pesar de estar muy cabreada, no era capaz de odiarle. Yo me sentí muy mal por ella, sobre todo porque mientras me lo decía algunas lágrimas se le escapaban por la mejilla. Ya no sabía qué pensar de él después de haber escuchado lo mal que había tratado a mi compañera de banda.
-Oye Donna, no sé si mañana te acordarás de algo de lo que te voy a decir, pero necesito soltarlo, así que ahí va. - Respiré hondo, yo también iba tocada por la bebida. - La verdad es que yo... ya le había visto antes de unirme al grupo. De echo me fijé en él.
Donna se quedó callada unos segundos, mirando al suelo, luego empezó a reírse.
- ¿Acaso crees que eres la primera en decírmelo? Oh, Alice, tantas hemos intentado algo con él... pero es incapaz de abrirse. Y encima ahora con su situación actual se ha vuelto un idiota... - Me miró fijamente. - Pero yo no tengo derecho a quitarte esa idea de intentarlo, así que, hazlo. - Cogió mi móvil y escribió algo en las notas. -Esta es su dirección. - Me devolvió el dispositivo.
-Gracias, Donna. Estas demostrando ser una gran persona... - Me giré para caminar hacia el bar, pero Donna cogió de mi ropa para que me parara. Al volverme, la encontré llorando desesperadamente. - Haz que vuelva a ser el de antes.
Me quedé sin habla por un instante, luego asentí. A pesar de todo, se notaba que Donna seguía siendo su amiga.
Al día siguiente, decidí plantarme en la puerta de su piso. Ya habían pasado mínimo diez minutos desde que estaba allí, frente al telefonillo, pero no me atrevía a llamar. Más pensamientos negativos acudían a mi cabeza por cada minuto que pasaba. Entonces, una chica y un chico se acercaron a mi. Me acordé de que aquel chico había estado conmigo y mi grupo una noche en un bar.
- Hola Alice. ¿Te acuerdas de mí?- Dijo el chico, parecía contento de verme.
- Claro. Jake, nos vimos hace unos meses.
- Dime,¿qué haces aquí?
- Es que... busco a William Callen.
- Pues has tenido suerte. Soy Ellie, su hermana.Subamos.
El piso no estaba nada mal, era grande; disponía de tres habitaciones y un salón amplio con balcón. Ellie me indicó la habitación de su hermano, después entró a la suya con Jake. Toqué la puerta con timidez, no tardó en abrirse. El chico tenía muy mala cara, como si no hubiese dormido en días.
- ¿Pero...que haces tú aquí? ¿Cómo sabes donde vivo?
- Yo...lo siento, sólo venía a ver que tal estabas.
Will suspiró y pasó por al lado de mí, dirección al salón. Me quedé muy cortada, ya que me acababa de ignorar descaradamente. Apreté el puño y pude ver dentro de su habitación. Mi dibujo estaba colgado sobre la cama, relajé la mano. Al llegar al salón ví cómo se encendía un porro.
- Perdona por venir sin permiso, es que...
- Me pillas ocupado, así que ya puedes irte. - Me cortó. La tensión era ya casi insoportable.
- Déjame ser tu amiga, por favor. - Will me miró, frunciendo el ceño.- Dame una oportunidad.
-¿Porqué debería hacerlo?
- Porque somos iguales. Lo sé. - Sostenimos la mirada largos segundos.
Él accedió. Pasamos la tarde caminando por la ciudad. Nuestras conversaciones no podían ser más triviales, pero en el fondo ambos sabíamos que había algo más en el ambiente; de algún modo, habíamos conseguido conectar de manera casi instantánea. Las horas pasaron hasta que las farolas se encendieron y en lo alto del cielo nocturno se hallaba la luna. Una luna redonda, casi perfecta, que alumbraba más de lo usual. Acabamos paseando por la orilla de la playa, el viento revolvía nuestros cabellos.
- Oye Alice... no te lo he dicho hasta ahora porque pensaba que no tenía importancia, pero... -me miró y frunció el ceño. - Creo que nos hemos visto antes, aunque no consigo recordar dónde. - Yo me giré hacia él.
- Suponía que no te acordabas de nuestro primer encuentro. - Sonreí.
- Así que es cierto... pero nunca hemos hablado, ¿Verdad?
- No, no tuvimos tiempo. Justo cuando decidí buscarte y decirte algo te fuiste.
- ¿Irme a dónde? ¿Donde nos vimos?
- Irte de nuevo a casa. ¿Ya se te ha olvidado el retrato que te regalé?
Will se paró en seco. Yo me adelanté, pero no tardé en hacer lo mismo. Él tardó un poco en concebir todo aquello.
- ¿Cómo no me he dado cuenta antes? Perdóname, Alice... debí reconocerte al instante.
- No importa, al fin y al cabo esos días en el hospital fueron muy confusos para ambos.
- Pero dime, ¿Qué hacías tú allí?
- ¿Y tú?
Los dos sonreímos al mismo tiempo. sonreímos. Realmente no nos importaba la respuesta. Eran cosas que cada uno debía resolver por su cuenta. A partir de aquel día tan especial, Will y yo nos convertimos en amigos de confianza. Hay personas que tan sólo con mirarle a los ojos puedes saber todo por lo que ha sentido y experimentado durante toda su vida. Los suyos transmitían tristeza, pero al mismo tiempo humanidad y lealtad.Nunca olvidaré sus ojos grises frente al mar y con el brillo que sólo la luna puede reflejar.
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Juego de Sombras
General FictionAdéntrate en la vida de Ellie, Jake, Donna, Alice y Will, unos jóvenes que pretenden encontrarse a sí mismos y descubrir su lugar en el mundo. (Recomiendo leer en modo nocturno.)