Parte 5

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Zaimokuza hizo unos ejercicios de respiración para calmarse, como si estuviera en clase de gimnasia, y luego se puso de pie con las extremidades temblorosas como un ciervo recién nacido.

Luego se quitó el polvo con sus manos y me miró directamente. "... ¿le... leerías mi trabajo de nuevo?"

No podía creer lo que oía. Quedé en silencio, incapaz de entender lo que estaba diciendo, pero lo repitió... Esta vez con una voz más clara, más fuerte.

"¿Puedes leer mi trabajo de nuevo?"

A mí y a Yukinoshita nos miró con fuego en sus ojos. "Tú..."

"¿Eres un completo masoquista?"

Yuigahama, que estaba escondida en mi sombra, miró a Zaimokuza con disgusto. Sus ojos parecían decir "pervertido, ve y muerete." No, Yuigahama... Eso no le haría nada.

"¿Realmente quieres hacerlo otra vez, después de lo que pasaste hoy?"

"Por supuesto. Sin duda fue una crítica bastante dura. Eso sin duda me hizo pensar que quería morir, que soy impopular y que no tengo amigos... O, más bien, me hizo querer desear que todos los demás murieran".

"Sí, ya lo veo... Si alguien me hubiera dicho eso, también me


gustaría morir."

Pero Zaimokuza había tomado esas palabras de frente, y sí, seguía aquí hablando con nosotros.

"Sin embargo.... esas palabras me hicieron feliz. Tener algo que escribir por la diversión de otra persona, ser criticado por alguien más... Eso definitivamente no es algo malo. Aunque, no me queda claro cómo debo llamar a estos sentimientos en este momento... Pero el saber que leyeron mi trabajo, sin duda me hizo feliz".

Una vez dicho esto, Zaimokuza sonrió.

No era la sonrisa del Esgrimista Capitán General... Era la sonrisa autentica de Zaimokuza Yoshiteru.

Ahh... ya veo.

Este tipo no solo tenía Chuunibyou. No, él también sufría el grave caso de la fiebre de escritor.

Él quería escribir porque tenía algo que quería decirles a los demás. Y si podía tocar el corazón de alguien de esa manera, entonces sería feliz. Así que iba a escribir y escribir y escribir, una y otra vez. Incluso si nadie reconocía lo que escribía, él continuaría escribiendo. Eso era lo que yo llamaba fiebre de escritor.

Y debido a eso sólo había una manera en la que pudiera responder:

"Claro, lo leeré."

No podría rechazarlo. Después de todo, se trataba del estado


mental final de Zaimokuza al que había llegado después del equilibrio con su Chuunibyou.

Aunque otros dijeran que estaba enfermo, incluso si otros fruncían el ceño al míralo, incluso si otros lo ignoraban o si lo ridiculizaban, nunca serían capaces doblegar su voluntad, él nunca se rendiría, y continuaría trabajando desesperadamente para traer sus delirios a la realidad.

"Cuando termine una nueva novela, la voy a traer aquí."

Zaimokuza dijo esas palabras, se dio una vuelta mostrándonos la espalda, y salió majestuosamente de la habitación.

La vista de la puerta al cerrarse detrás de él era desagradablemente deslumbrante.

Incluso si era un loco, infantil, o si estaba equivocado, si podía transmitir sus ideas incluso si era de esta manera, eso era exactamente lo que haría. Si él estuviera dispuesto a cambiar sólo porque alguien rechazó sus ideas, sus sueños no eran algo que valiera la pena, no estaría siendo fiel a sí mismo.

Así es, Zaimokuza estaba bien siendo así.

... Bueno, excepto por aquellas partes graves de su personalidad.


OREGAIRU VOLUMEN 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora