Parte 5

24 4 0
                                    

Un silencio poco natural cayó en los campos, con el único sonido audible de la pelota que rebotaba contra la superficie de la cancha.

En medio de esta atmósfera extrañamente tensa, obligué a mi conciencia a ir a lo más profundo, a lo profundo de mí mismo.

Puedo hacerlo... puedo hacerlo... Me gustaría creer en mí mismo

- no, yo creo en mí mismo.

Después de todo, no había ninguna razón para que perdiera aquí.

Soy un hombre que ha sobrevivido a esta inútil, triste y dolorosa vida escolar por mí mismo, había vivido a través de esta miserable y agonizante "juventud" yo solo.

No había ninguna razón para que perdiera. Espera el descanso está por terminar.

Este suele ser el momento en el que termino de comer mi almuerzo junto a la oficina de la enfermera enfrente de las canchas.

El recuerdo de hablar ahí con Yuigahama, la primera vez que tuve una charla con Totsuka, me pasó por la mente.

Agudicé mis oídos.

No podía escuchar la desdeñosa voz de Miura; no podía oír los reclamos provenientes de la audiencia...

Pero escuché un sonido... Ese sonido que yo, y probablemente


sólo yo, había estado escuchando durante un año. En ese momento, di un servicio.

Fue uno débil, sin poder, la ligereza lo hizo volar alto en el cielo.

Vi a Miura viendo con alegría la pelota. Vi a Hayama siguiéndola rápidamente. Vi a la audiencia dando miradas de decepción. Alcancé a ver a Totsuka mirando hacia abajo en el suelo. Vi la imagen de Zaimokuza apretando los puños. Hice contacto visual con Yuigahama que había comenzado a orar. Y entonces mis ojos se posaron en la sonrisa triunfante de Yukinoshita.

Mi disparo siguió una trayectoria inestable, incierta. "¡¡Hyahhhh!!"

Miura dejó escapar un grito de serpiente salvaje y llegó a donde la pelota estaba por caer.

En ese mismo instante, una ráfaga de viento sopló. Miura, es probable que no lo sepas...

OREGAIRU VOLUMEN 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora