Árbol

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Estando a más de una semana de que fuera 24 de Diciembre, la familia Rogers-Stark habían salido a comprar el tradicional árbol natural para llevarlo a casa y decorarlo con toda clase de esferas y muñecos.

Era en medio del olor a vida silvestre y a pino, que Tony Stark, o cómo a él le gustaba presentarse desde hace más de 16 años y medio, Tony Rogers, recordó su primera compra de su árbol navideño.

Había arrastrado a su esposo por todo Nueva York, mirando los aparadores de las tiendas mientras cargaba a Peter de apenas un año, en su portabebé y Steve cargaba con las bolsas.

Cuándo estuvieron en el mercado del parque de la ciudad, rápidamente el castaño hablando con su hijo sobre cuál árbol se vería magnífico en la sala de la Torre Vengadores.

Dio varias vueltas por el lugar hasta decidirse por uno. La elección había sido difícil, puesto que que sí a Peter no le gustaba el que Tony veía o estornudaba quedaba descartado, o si ambos castaños ladeaban la cabeza a la derecha, era seguro que ése, tampoco sería bueno.

Una vez que el enorme, frondoso y más que verde árbol estuvo encima del toldo del carro de Tony, éste sonrió con la clara idea de buscar las esferas y "otras cosas".

Steve se había reído al notar los pequeños muñecos de plástico para colgar de los Vengadores; Thor junto con su capa roja y su inseparable martillo, le recordó que éste prometió asistir a dicha celebración, Clint, Natasha, Bruce o más bien Hulk, el Capitán América y Ironman eran lo mejor en la tienda.

—¿En serio los llevarás? ¿No crees que los demás te digan algo?— le preguntó su esposo al mirar todos los muñequitos en el carrito de metal.

—Sí, los llevaré. El mío es el mejor claro, aunque al tuyo sólo le hacen falta algunos ajustes, porque no le dieron su respectiva dotación a ciertas partes de tu cuerpo cariño, pero creo que así está bien, sólo yo puedo saber eso.— le comentó el castaño a su marido con una mirada coqueta que acabó en un guiño y un sonrojo por parte del otro hombre.

—Tony— le reprochó en voz baja.
Los dos iban vestidos con sudaderas, lentes de sol y una gorra. La primera Navidad de su hijo no podía verse empañada por su culpa al ser superhéroes, querían que después de pelear por su adopción por 8 meses, él lo disfrutara, aunque no siquiera tuviera recuerdos de ello, cuando creciera.

—Además, es mi torre, y si no les gusta mi decoración, se pueden ir.— agregó Tony ignorando la vergüenza de Steve.

Tras comprar muchas esferas de todos los colores, y meterlas en el carro, luego de que en la cajuela no hubiera más espacio, colocaron a un más que dormido Peter en su autoasiento, partieron a su casa.

Tony sonrió por el recuerdo. Era lindo ver a su hijo cuando era un bebé, en los brazos de su padre o cargarlo a todas partes, sin embargo, ahora 15 años y medio, ése niño correteaba emocionado el mercado de árboles, buscando el que más le gustara.

—¿No vas a elegir el árbol junto con Peter?— le preguntó Steve al oído luego de rodearlo con sus brazos por la espalda.

—No. Dejaré que escoja el que quiera, menos uno horrible.— le contestó muy a su manera, haciendo reír al rubio.

—¡Papá! ¡Pops! Encontré uno— les gritó su hijo desde la zona al fondo del local, alzando una mano para que lo vieran.

Ambos, tomados de las manos, caminaron hasta donde su hijo se encontraba. Dieron su aprobación con respecto al pino, y una vez pagado se fueron con el al coche. A Tony le daba risa cada diciembre, cuando todas las personas veían a su marido cargar un enorme árbol sólo con un brazo.

Cuando llegaron a la Torre, Tony y Steve se dedicaron a desenredar las guías de luces, mientras Peter escogía las esferas y aquellos muñecos de plástico que representaban a sus tíos y a sus padres, ¡hasta él tenía uno! Claro que el suyo no era tan viejo cómo los otros, pero siempre era divertido escuchar a su papá decir que esas figuras eran equivalentes a las botas de tela con el nombre de cada uno, colgadas de la chimenea.

—Soy un empresario en pro al medio ambiente, y es por eso que no apoyaré hacer una chimenea aquí.— argumentaba cada vez que alguien pedía una.

Con forme los minutos pasaban, sus tíos llegaron a ayudar, aunque al ver lo acaramelados que se veían Tony y Steve enredados en las luces, con 'babas' a su lado,y vestidos con esos suéteres con su distintivo color propio, cada quien se fue a su recámara; a fin de cuentas, mañana podrían seguir con todo eso.
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Bueno, como les había prometido desde hace semanas, he preparado varias cosas con temática de la Navidad. Espero que les gusten, son pequeños momentos SuperFamily.
Ya saben que me gusta poner cosas verdaderas, y lo de los árboles en Nueva York, sí es cierto. Sólo que se prenden, uno el 3 de diciembre y otro el 4.
Les deseo lo mejor para éstos días.
Ciao

Navidad al más puro estilo AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora