S E I S

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2 3 A Ñ O S

No he vuelto allí en más de cuatro años, la última vez que pisé los restos de aquella casa fue para recoger lo que había quedado y para poder enterrar a mis padres donde ellos siempre habían vivido, cumpliendo su último deseo. Cogiendo el coche, me dirijo hacia la casa de Levy, quien ha accedido a hacerme un favor mientras trabajo en verano a cambio de llevarla de vacaciones a nuestro destino ideal con gastos pagados, gastos que no suponen un gran esfuerzo para mi cartera gracias a mi trabajo y a la enorme herencia de mis padres.

Al entrar en la Universidad fui capaz de encontrar un piso para mí sola y en el que aún vivo, no hace falta mucho espacio para que vivan dos personas y tuve mucha suerte de poder contar con mi vieja amiga Levy, quien había estudiado en mi misma Universidad. Llego a su casa pocos minutos después y llamo a la puerta. Quien me recibe, ni más ni menos, es su enorme novio, ocupando todo el espacio que hay en la puerta y con una preciosa niña sobre sus hombros.

— Mira a quién tenemos aquí— Gajeel me sonríe y la niña empieza a patalear mientras él la baja al suelo—. Levy se ha ido y me ha dejado a cargo de este terremoto— él deja su mano encima de la cabecita de la niña y esta sonríe—. Tenía ganas de que llegaras.

— Muchísimas gracias Gajeel— él me guiña un ojo y cojo a la niña en brazos—. Dile a Lev que la llamaré— me despido de él y vuelvo al coche con la niña en brazos.

— Mi amor, ¿te ha tratado bien el tío Gajeel?

— Sí, mami— ella me abraza el cuello y me da un beso en la mejilla. Sonrío—. ¿Dónde vamos?

— A ver a los abuelos, seguro que quieres darles esas flores tan bonitas, ¿no?— ella asiente mientras la aseguro a la sillita del coche y me brinda una sonrisa enorme que hace que mi mente vuelva una y otra vez a aquella cara que una vez tanto amé.

Llego a donde mi antigua casa había estado durante tanto tiempo y cojo a la niña en brazos de nuevo junto con las flores y las dejamos encima de la lápida de mis padres para luego empezar a caminar mientras ella me explica qué ha hecho hoy en casa de Levy.

— Y la tía Lev ahora tiene un gato— me dice contenta—, es negro y se llama Pantherlily, aunque el tío Gajeel lo llama Lily. Se ha hecho amigo mío y... ¡mira! Es justo igual que ese— giro mi cabeza hacia un lado y veo a un gato que se me hace ligeramente conocido; entro en pánico.

— Mi amor, vámonos...— sin darme apenas cuenta, sale corriendo tras el gato que se interna en el bosque asustado. La sigo, corriendo como hacía mucho que no corría—. Cari...ño— veo que ella está de espaldas a mí, con el gato entre los brazos y ante un gran hombre con majestuosos cuernos y alas que la mira con curiosidad.

— Uau, es igual que el cuadro de mamá... pero más viejo— la niña habla sola y yo aparezco tras ella sin siquiera mirarlo.

— Nashi. Vámonos— la niña se gira hacia mí y entonces tengo dos pares de ojos jade mirándome fijamente.

— Pero mamá, ¿has visto este dragón?

— Sí, ahora vamos— le extiendo la mano y ella viene hacia mí dejando al gato en el suelo.

— Adiós, dragón— Nashi gira la cabeza y sonríe al dragón con alegría mientras camino de vuelta al coche. Por el camino, Nashi se para y hace que la coja en brazos antes de dormirse, cosa que me facilita las cosas para poder llegar antes al coche. La dejo con cuidado en la sillita y justo cuando cierro la puerta, noto una presencia tras de mí.

Lleva el pelo rosa más largo, atado en media coleta, los ojos siguen brillándole y han desaparecido sus monumentales alas y cuernos, dejando paso a un atractivo humano ataviado con unos simples pantalones tejanos y una camiseta. Los ojos que me había acostumbrado a ver llenos de amor inocente en mi hija, ahora me miran con amor, deseo y pasión. Algo dentro de mí se remueve y no hago más que intentar desaparecer dentro del coche; pero una de sus grandes manos me lo impide. Lo miro con recelo y me suelto con brusquedad.

FIRE PRINCESS [nalu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora