C U A T R O

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J U L I O

— Mamá, me voy. Levy me ha invitado a su casa a dormir esta noche— salgo de la casa y me escabullo por la puerta de detrás cuando me quedo sola en la planta baja y salgo corriendo con la mochila en las manos dirección a mi querido bosque en el que me espera un dragón bien guapo al pie de un árbol—. Siento haberte hecho esperar— le rodeo el cuello con los brazos y me encaramo sobre mis pies para darle un beso. Él sonríe y me coge en volandas rápidamente y alza el vuelo.

— Bienvenida a casa— me devuelve el beso que le he dado y me deja en el suelo con delicadeza—. ¿Ha funcionado?

— Sí, creen que estaré con Levy esta noche— me despojo de la mochila, dejándola al lado de la cama que construyó Natsu dos años atrás y me tumbo en ella—. No puedo creer que vaya a estar todo el año aquí— Natsu apoya sus brazos a ambos lados de mi cabeza y se posiciona encima de mí.

— Yo no puedo creer que sigas aquí después de tanto tiempo— él hace un tipo de flexión y alcanza mis labios.

— No es fácil deshacerse de mí— le guiño un ojo y él se levanta riendo y se sienta en el sofá.

— Aunque no estoy muy seguro de querer dejarte ir a la Universidad Estatal— dice para luego cogerme el brazo, llevarme consigo y sentarme en su regazo—. Estabas muy bien en una escuela de señoritas, no había hombres a tu alrededor.

— Hay que cambiar de aires— sonrío ante su celosía—. Los hombres no hacen nada Natsu, son solo personas. Además, tengo mi tipo especial de chico que incluye una mirada arrebatadora con una sonrisa a juego y unos cuernos y unas alas muy adorables.

— Te dije hace tres años que mi raza es muy territorial, ¿sabes?— Natsu me besa el cuello y le da una pequeña mordida—. Bien, pues como cada vez estás más guapa, tendré que hacer algo para vigilar los ojos de los demás.

— Sabes que mientras seas tú el que me mire, no voy a sentir nada por nadie más.

— No olvides que también me gusta tocar— lleva sus manos a mi cintura y empieza a hacerme cosquillas, provocando que de saltos y él pare de repente—. Luce...

— ¿Asustado, escupe fuego?— lo miro con superioridad y a él se le oscurece la mirada.

— Eres tú quien debería estarlo niña rica— se lanza a mis labios como un salvaje y yo rodeo su cuello con mis brazos, acercándolo más a mí.

Con los ojos completamente negros hace que me ponga a horcajadas encima suyo y me coge en volandas para besarme, bajo la cabeza ya que quedo más alta que él y él nos dirige a la pared más cercana para apoyar mi espalda contra ella y borrar el espacio entre nuestros cuerpos. Rodeo su cintura con mis piernas y su cuello con mis brazos mientras él cuela sus manos por debajo del vestido, levantándolo hasta mis caderas y subiendo las manos más arriba hasta llegar a mis pechos, los que aprieta y tortura con sus manos. Me quita el vestido de un tirón y me deja en ropa interior, la cual desaparece posteriormente, y va dejando un reguero de besos de mi boca hacia mi pecho, besando humedamente todo mi cuerpo y causando una sensación placentera en mis terminaciones nerviosas. Cansada de verlo vestido le arranco la camiseta para poder ver su torso trabajado y que realmente admiraba con deseo para devolverle los besos a él, besando poco a poco cada hueco de su cuello y mandíbula.

Él suelta un gruñido poco humano al verme dispuesta a él y miro hacia abajo de reojo; su mano se ha colado entre nosotros y está torturándome con ganas. Estaba tan concentrada en besarlo que creía que mi placer lo causaba yo misma al besarlo de esa forma. Me vuelve a coger y esta vez me deposita en la cama con suavidad, me arranca literalmente las bragas que aún impedían su paso y se hunde en mí de golpe, provocando que me arquee y deje vía libre a mis pechos para besarlos y lamerlos. Llevo mis manos a su espalda y lo acaricio donde se unen sus alas y su espalda, a lo que suelta un gemido que me desmonta por dentro. Sigue moviéndose mientras le dejo las uñas marcadas en la espalda y acaricio su punto sensible así como él llena de besos el mío, besando con pasión mi cuello y llevándose todos y cada uno de mis gemidos con su nombre grabado.

Sin dejar de moverse, ahora más rápido, me mira a los ojos y yo lo atraigo hacia mí por el cuello, buscando sus labios con desesperación y recibiendo el beso más caliente de toda mi vida. Consigue que me deje llevar dos veces y yo logro mi cometido provocándole una vez y sintiéndome más llena tras ello.

— Parece que la princesa me echaba de menos— él saca la lengua, me abraza y gira sobre sí para quedar de espaldas a la cama y extender sus alas de modo que sirvan como refugio.

— Bueno, realmente sí que he pasado una semana con Levy. Así que ahora ya eres todo mío— le cojo una mejilla con la mano y acerco la otra mejilla a mis labios para dejar besos inocentes.

Me acurruco contra él aún con la mano en su mejilla y escondo mi cara en su cuello, aspirando su aroma a cenizas y naturaleza; quedándome dormida al instante con su voz de fondo.

— Esta niña siempre usándome como cojín—es lo último que oigo acompañado de un beso en la frente antes de caer dormida.

FIRE PRINCESS [nalu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora