76-"No puedo verla así."

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"¿Cómo te encuentras?"- Pregunto a Liam, que ahora está sentado a mi lado. Mi mano acaricia su espalda.

"No sé cómo sentirme ahora."- Suspira. Agarro su mano y puedo confirmar que al igual que la mía, tiembla.-"Esto no debería de estar pasando."

"Lo sé."- Digo casi sollozando.

"Nuestros padres están de camino."- Harry cruza el pasillo acercándose a nosotros, sentándose a mi otro lado. Sus ojos están rojos e hinchados al igual que los de Liam y los míos.

"No entiendo cómo ha podido suceder todo esto."- La voz de Liam suena rota. Apoya los codos en sus piernas a la vez que sumerge la cabeza en sus manos.

Aquella zona de hospital era fría y estaba en casi un total silencio, que se rompía a cada sollozo que salía de cada uno de nosotros. Éramos los únicos que nos encontrábamos allí en ese momento y apenas habíamos visto a un par de enfermeras cruzar por delante de nosotros en todo el tiempo que llevábamos ahí sentados. Cada segundo que pasaba se cargaba sobre mi como si fuesen horas. Horas interminables. Liam y Harry estaban desolados y yo me sentía de la misma forma.

"¿Por qué?"- Susurra Harry limpiando las lágrimas de sus ojos.

Era doloroso verles así a ambos, pero más lo era el motivo de su tristeza. No sabía que decir y ellos tampoco parecían saberlo. Mi corazón se había roto mucho más de lo que ya estaba y ahora la tristeza volvía a inundarme del todo. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? ¿Acaso el dolor que sentía con Ashton no era lo suficientemente grande para mí? Lo era, pero todo esto lo era mucho más.

"Harry, Liam..."- La madre de ambos se acercaba a nosotros con la expresión destrozada. Ambos chicos se levantaron para ser recibidos en los brazos de su madre. Enseguida, ella levantó la mirada y tras observarme durante unos segundos, se acercó a mi para abrazarne entre lágrimas.

"Te he echado de menos tia Mel..."- Susurro en su abrazo.

"Y yo a ti Amy."- Responde en el mismo tono poco antes de separarse.

No había visto a mi tia desde que me había ido a Estados Unidos y su parecido con mi madre aún era jodidamente evidente y muy llamativo, ya que eran casi iguales. Mel, mi tia, era igual de alta que yo, con el pelo liso y corto hasta los hombros de un color oscuro que hacía destacar sus ojos verdes, que eran los mismos que Harry había sacado de ella.

"¿Sabéis algo?"- La voz grave de mi tio Will hace que todos le miremos. Él era igual de alto que Harry y Liam, con el pelo castaño y bastante corto y ojos marrones muy oscuros.

"Aún no nos han dicho nada."- Responde Harry con la voz entrecortada.

"Lo siento joder..."- Maldice Liam.

"Liam cariño, no es tu culpa."- Su madre le mete en sus brazos otra vez mientras frota sus brazos y espalda.

"Tan sólo si hubiera estado ahí..."

Mis tíos ocuparon un asiento al lado de donde estábamos sentados nosotros anteriormente y el silencio volvió a gobernar en este espacio. Sólo se escuchaban las respiraciones algo agitadas y cómo intentábamos coger aire para evitar seguir llorando aunque apenas lo conseguíamos.

"¿Familiares de Elizabeth Crow?"- Una chica jóven pregunta y todos nos ponemos en pie.

"Nosotros."- Asegura mi tío.

"Por favor, díganos qué tal está."- Sigue Harry y ella suspira profundamente.

"Mentiría si dijera que tenemos la certeza de que va a mejorar."- Su cara se vuelve seria.-"Hemos tenido que operar de urgencia pero sólo hemos conseguido que se encuentre en un estado algo estable. Lamentablemente, no sabemos hasta cuando puede durar este estado"

Sólo oímos esas palabras y fueron suficientes para hacer que nuestros corazones se partieran del todo.

"¿Cree que si hubiéramos venido antes ella... Estaría bien?"- Pregunta Liam en un hilo de voz.

"Honestamente, puede que la operación hubiera sido un poco menos complicada, pero la gravedad habría sido la misma."- Confirma la chica y Liam suspira relajando un poco la cara.

"¿Podemos verla?"- Pregunta mi tía Mel.

"Deberían incluso porque no sabemos hasta cuando puede estar lo suficientemente bien para ser visitada, aunque vayan de uno en uno al entrar."- Informa y asentimos.

Esa chica parecía muy seria al hablar de esto y aunque no lo había dicho, estaba totalmente segura de que no quería ser directa y decirnos la verdad tal y como estaba sucediendo ahora mismo.

Poco a poco, mis primos y mis tíos comenzaron a entrar poco a poco en la habitación, quedándome yo la última. Todos salían con la cara destrozada y llena de lágrimas y mis nervios cada vez subían más cerca de la superficie de mi piel a medida que veía que todos estaban entrando y se acercaba el momento de que entrara yo.

"No puedo verla así."- Harry rompe en llanto cuando sale de la habitación y cae en mis brazos, rodeándome en busca de un poco de apoyo, aunque yo también lo necesitaba.

"Amy, puedes entrar."- Comenta Liam y asiento. Harry se separa lentamente de mí y tras un suspiro en el que contengo mi aliento, entro en aquella habitación.

Ella, mi abuela, yacía sobre la cama mientras muchos cables adornaban los lados de su cama y algunas zonas de su piel ya arrugada por el paso de la edad. Respiraba con mucho trabajo y sus ojos grandes y azules se posaron en los míos a medida que me acercaba a ella. Se veía tan débil, tan vulnerable. Sonrió levemente cuando me puse a su lado y agarré su mano algo áspera y fría.

"Amy..."- Su voz sonaba dulce y sus ojos se empañaron al mismo tiempo que los míos.

Hacía años que la había visto por última vez y no había día en el que no me arrepintiese de las últimas palabras que le había dicho antes de irme. En aquella época, ya había comenzado a odiar a todo el mundo y ella apareció en el peor momento y de algún modo descargué mia frustraciones con una de las personas que más me querían. Con ella. Lo último que le dije fue que no quería volver a verla y que podía abandonarme tal y como mi madre en parte me había abandonado cuando su enfermedad acabó con ella, pero nunca lo había pensado de verdad, yo quería a mi abuela y eso jamás había cambiado. Ahora, ella estaba aquí tras un infarto que había tenido lugar en la casa de mis tíos en la que se encontraba con Liam ya que ambos habían salido a terminar algunos detalles para el día siguiente, para Navidad. Liam había tenido que salir unos minutos para comprar unas cosas que necesitaban y en cuanto había vuelto, había podido ver como ella, nuestra abuela, estaba tirada en el suelo y a su lado un cuenco con algo de comida que estaba preparando. Liam se sentía completamente culpable por haberla dejado sola y se había torturado hasta que la misma enfermera le había dicho que incluso si hubiera venido antes, habría sido igual de grave.

"Lo siento por todo lo que te hice sufrir."- Sollozo ante su mirada y ella niega levemente mientras esboza una ligera sonrisa.-"No te lo merecías."

"No sabes lo feliz que me hace verte por última vez. Jamás me habría perdonado haberme ido de esta vida sin poder estar en paz contigo."

"Nunca podría demostrarte cuanto te quiero."- Rompí a llorar y me acerqué a ella con un gran nudo en la garganta para poder abrazarla.

Recordaba sus abrazos y éste incluso era uno de los más calidos que recordaba, pero se sentía muy bien.

"Te quiero mi pequeña..."- Susurra en un suspiro.

Sus brazos comenzaron a deslizarse fuera del abrazo y enseguida dejé de notar como su pecho subía y bajaba.

"¿Abuela?"- Mi voz estaba completamente quebrada en cuanto comencé a darme cuenta de la realidad que estaba viviendo.

Y allí, en mis brazos, ella dio su último aliento.

***

Stay away from me ~Ashton Irwin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora