Capítulo 5

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Camino en silencio sujetando las tiras de mi mochila con tanta fuerza que seguramente estén arrugadas cuando llegue a casa. ¿Me mirará Mamá raro si plancho mi mochila? Creo que más bien me miraría algo alarmada si me ve con la plancha, creo que la dejé traumatizada cuando me quemé la última vez...

   - Oye, si no quieres volver a casa conmigo puedes decírmelo. No tienes que hacer algo que no quieres.

Miro a Light saliendo de mis pensamientos y alzando levemente las cejas. No, no quiero ir contigo, quiero ir con Cat, que llegue sin maquillaje diciéndome que todo era una broma, que siente haberse pasado con ella y que vayamos a su casa a comer y ver animes shojo hasta que tengamos que salir rodando por la puerta.

   - No digas tonterías. ¡Si dije que sí es por algo!

Ojalá poder pegarme un tiro, pero no me parece el momento ni el lugar, además de que no tengo ningún arma a mano, así que añado una suave sonrisa a mi respuesta. Veo como Yagami corresponde con otra más amplia.

   - Me alegra. Temía estarte obligando -murmura desviando timidamente la mirada-.

Evito resoplar. No entiendo aún por qué decidió acompañarme, pero no me voy a quejar. Tampoco es una mala compañía y es mejor que ir sola. Al fin y al cabo, tampoco traje mis auriculares. Vaya mierda de día.

   - Tu casa quedaba por esta calle, ¿no? -señalo a nuestra derecha-.

   - Sí, pero tengo que acompañarte a ti.

   - Ya me acompañaste el otro día -pongo los ojos en blanco-.

   - Pero no me cuesta nada.

   - A mí tampoco.

   - Pero aún as... ¡H-hey!¡Espera!

Oigo como corre a mis espaldas los escasos pasos que he avanzado en dirección a su casa. Punto para _____. Lo miro de reojo, claramente divertida, mientras él mantiene una mueca dejando claro que prefería acompañarme a mi casa y no yo a él.

   - Se supone que es el chico quien debe acompañar a la chica. No es seguro que vuelvas sola.

Paro de andar, haciendo que me imite mirándome curioso, mientras que yo o observo con el ceño levemente fruncido.

   - Muy bien, Yagami, vamos a aclarar algo. Me pareces un buen chaval y me caes hasta simpático, pero esos comentarios sobran. Que sea chica no significa que necesite un macho que me defienda cual damisela en apuros. Entiendo que lo haces por educación pensando que es lo mejor, pero personalmente me resulta más bien insultante. ¿Me captas?

Un segundo de silencio, dos... yo sigo con mi ceño fruncido y el moreno tiene los ojos más abiertos y las cejas alzadas en una expresión entre sorprendido y avergonzado. ¿Me pasé? Tal vez salté por nada, pero noto los nervios a flor de piel entre lo de Cat y el repentino interés de este asiático en mi persona.

   - Lo siento...

Su tono de voz es tan bajo que apenas soy capaz de notarlo. Noto como mi pecho se oprime de culpabilidad y más cuando esquiva mi mirada como un niño regañado. ¿Qué me haces, Yagami? Sin pensarlo lo abrazo muy suavemente, ignorando lo enana que me siento ante su altura, que al parecer supera bastante el metro setenta, y suspiro.

   - No, lo siento yo -murmuro-. Estoy bastante tensa y aunque no me guste esa especie de caballerosidad no es motivo para gritarte y menos cuando estás siendo tan amable conmigo.

Me rodea con sus brazos igualmente, sin decir nada. Cuando me parece que ya han pasado varios segundo me separo lentamente y le miro. Veo una sonrisa y un leve sonrojo. Espera... ¿sonrojo?

Intento de detective (Elle Lawliet y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora