Capítulo 7

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Son las diez y media de la mañana de un sábado y siento que me voy a caer por quedarme dormida si no fuera por cómo mi madre me arrastra en busca de una tienda en la que comprar un conjunto para la dichosa cena. Quiero saber más sobre Yagami, pero si eso implica no poder dormir y tener que pasar parte de mi fin de semana en busca de ropa "formal", casi que prefiero comerme mi curiosidad y reptar feliz debajo de mis sábanas. Son tan calentitas...

   —Cielo, he pensado que ya que estamos podrías ir a retocarte algo el pelo a la peluquería.

Miro a mi madre colocándome bien las gafas con la mano que tengo libre.

   —Tengo el pelo bien y el flequillo no me tapa los ojos, no lo veo necesario... —murmuro.

   —Ya, pero... estarías aún más guapa.

Veo su sonrisa desbordante de amor de madre y los ojos casi brillantes. Realmente le gusta salir de compras y son muy pocas las veces en las que voy con ella, menos aún para buscar cosas que le gusten.

   —Insisto, mamá, no hace falta. Por favor, solo busquemos algo decente y volvamos a casa. Hoy hay un episodio nuevo del anime que estoy viendo y no quiero perderlo.

Le veo negar casi entretenida pero acelera el paso decidida. Y sigue ese ritmo hasta que para delante de una amplia tienda decorada con colores claros y casi minimalista en el que varias mujeres y unos pocos hombres miran la ropa y parlotean sin parar.

   —Aquí es donde conseguí ese vestido verde tan bonito. Hay una sección más juvenil con cosas que te harán lucir preciosa, cariño.

Sigue arrastrándome, ya dentro de la tienda, mientras elogia sin parar el establecimiento tanto por lo que ha leído en revistas como por lo satisfecha que quedó con ese vestido del que está tan orgullosa. Alzo la cabeza entrando a la sección más juvenil, tal cual había descrito mi progenitora,  notando que no somos las únicas que han decidido dedicar la mañana a un momento de compras madre-hija. Bueno, ahí hay un padre. En ese caso es un momento padre-hija. Dejo de analizar a la gente y empiezo a mirar la ropa, pero hay demasiada y no puedo centrarme bien si no me acerco como hace el resto.

   —Vale, te propongo algo —empiezo antes de que dé un paso más—. Ve a buscar un atuendo para ti y yo busco el mío. Así evitamos los tira y afloja para que me pruebe algo que a ti te encanta y a mí no. Si no te gusta nada lo que acabe escogiendo, te prometo que busco otra cosa. ¿Trato, mami querida?

Le sonrío mostrando todos los dientes de forma graciosa y finjiendo que trato de ser adorable sacándole una risita delicada. "Funcionó", pienso triunfal.

   —De acuerdo, pero recuerda que no puedes llevar vaqueros.

   —Me parece correcto —digo en tono de broma.

Me sonríe por última vez antes de volver sobre nuestros pasos hacia la sección anterior. Por mi parte, me giro hacia un maniquí que tengo al lado y lleva un vestido de flores de mangas largas y cuello altísimo y llega hasta los pies.

   —Empezamos bien... —murmuro irónica.

Me alejo para observar qué más cosas hay por aquí. Sin duda alguna lo único que no me pondré nunca es algo estampado de flores, no me gusta nada de nada. Por lo tanto, cualquier prenda demasiado floral la descarto de inmediato. Las que son de otra clase de estampados o lisas que podrían gustarme resultan ser poco de mi agrado. Miro entre las perchas, en los maniquís, expositores... pero todo es demasiado formal para una cena como la que organizan mi padre y el señor Yagami. Suspiro ya cansada tras casi media hora cotilleando entre la ropa y las conversaciones ajenas mientras doblo una blusa con las mangas raras. Estoy segura de que la vi en una de las revistas que Cat me había recomendado, pero ella misma me recalcó lo fea que le parecía.

Intento de detective (Elle Lawliet y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora