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IF... 2 | "Besos de novela" (Gasfina)

M A R T E S

Delfi POV

—No me respondiste— Solté en seco —¿Qué es eso que pensas?

Cuestioné hacia Gastón girando sobre el pequeño banco en el que me encontraba parada para poder alcanzar los libros de la repisa más alta de la biblioteca del Blake en donde nos encontrábamos.

Gastón soltó un suspiro, que más que nada pareció un bufido. No lograba entender porque le era tan complicado creer que me preocupaba por él por tratarse de mi mejor amigo.

Es decir, mis sentimientos por él tenían un poco que ver con que no tolerara verlo junto a Cande, pero la realidad era que esa relación no me cerraba y cuando yo tenía un presentimiento, era real.

—Yo no lo quería pensar, pero creo que es un poco evidente, Delfi— Suspiró nuevamente —Algunos piensan que vos gust...

Me fue inevitable no abrir los ojos como platos al escuchar aquellas palabras intentar salir de su boca y sintiendo los nervios apoderarse de mí, mis piernas fallaron provocando que resbalara del banco, asegurándome un fuerte impacto contra el suelo.

—¡Delfi!

Exclamó Gastón reaccionando al instante, y antes de que pudiera impactar contra él, sus brazos me rodearon causando que ahora, bruscamente, ambos terminemos en el suelo.

Apreté los ojos temiendo que aquel golpe provocara un fuerte dolor en mi cuerpo, lo cual no fue así, ya que al abrirlos, me percaté que Gastón había amortiguado mi caída y ahora estábamos con nuestros rostros a escasos centímetros de distancia.

Poco a poco, mi respiración fue encontrando su ritmo natural al igual que mis latidos, sin embargo, ni Gastón, ni yo nos movíamos en lo absoluto, parecíamos estar adheridos por una fuerza que impedía que nos apartáramos.

Podía sentir su respiración agitada sobre mis labios, y sus ojos marrones no tardaron en encontrarse con los míos causando que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza.

No obstante, nada me preparó para lo siguiente, pues de un segundo a otro, el rostro de Gastón fue acortando mayor distancia con el mío, logrando así que mi corazón se acelerara.

¿En verdad estaba por ocurrir lo que yo pensaba? ¿Acaso Gastón me besaría por primera vez?

Sus ojos enfocaron mis labios al aproximarse más y más a mí; mi corazón se aceleró a todo lo que daba y antes de que pudiera pensar en otra cosa, lo sentí.

Sentí sus perfectos labios rozar los míos como tantas veces había soñado y sin querer despertar del sueño en el que seguramente me encontraba, cerré los ojos y me dejé llevar por ese beso.

Era perfecto, era todo lo que siempre había soñado, un beso de mi príncipe de cuento.

Quería hacer del momento eterno, sentir sus labios sobre los míos siempre, pero el destino no quiso que fuera así, pues tanto Gastón como yo nos separamos bruscamente ante el sonido de unos libros caer de la estantería frente a nosotros.

—¿Á-Ámbar?— Cuestionó Gastón abriendo los ojos como platos.

—¿Matteo?— Repliqué imitando su acción.

Los chicos se separaron de la misma manera que nosotros lo habíamos hecho escasos segundos atrás para observarse nerviosos, y antes de decir algo, ambos regresaron sus miradas confundidas a nosotros.

Aquellas miradas me hicieron recordar que Gastón y yo aun seguíamos uno sobre el otro, y sintiendo mis mejillas arder de los nervios, me levanté lo más rápido que pude quedando de pie frente a ellos. Gastón no tardó en imitar mi acción, acomodando su cabello con sus manos.