La ansiedad carcomia de a poco a HyunJin y a JeongIn, ambos ya querían que nazca la bebé.
Mientras tanto, la pareja se encontraba decorando la habitación que le pertenecería a su cachorrita. No era un espacio tan amplio pero sí acogedor, con una ventana que daba vista al jardín y parte del vecindario.
—¿Rosa o Violeta? — preguntó el alfa mostrando dos botes de pintura.
—amarillo—respondió sacando la lengua como niño pequeño y soltando una risa, haciendo que se mueva su pecho y gran estómago.
—Oh, que graciosito estás — contestó HyunJin sonriendo traviesamente y acercándose hacía su pareja que retrocedía con cada paso igual de sonriente y sus ojos oscuros brillando.
—¡N-No! ¡J-Jinnie Para! —Rogaba mientras se retorcía a causa de las cosquillas que recibía su cuello.
Ambos reían divertidos, uno mas que el otro, e interior mente la niña del vientre escuchaba a sus progenitores reír y comenzó a dar pataditas para que la incluyan en el feliz momento.
—¡Se me sale la niña! —automáticamente HyunJin paro sus movimientos y JeongIn volvió a reír con más fuerza, pues la cara del alfa perdió todo color y su aroma delató lo nervioso que estába.
—Innie, ¡diós mío! Me diste tremendo susto—habló con un tono dramático.
—Lo siento—dijo con un puchero —pero era la única manera de que pares, o terminaría todo moradito por la falta de aire.
—Como una mora, jugosa y redonda.
—¡Ya!,no uses referencias de la era del hielo.
—Pero si mi boca solo dice verdades amor— sonrió y se acercó al aoido contrário susurrando.
—Cada te amo es verdadero, cada que te digo un cumplido es porque siempre luces hermoso, incluso con todo y baba. Cada risa es verdadera si estás a mi lado, cada recuerdo es especial porque siempre apareces en él. Toda tu existencia es un verdadero tesoro que el destino puso en el camino de este pirata solitario.
JeongIn abrazó fuerte a su esposo, sabía que su pasado no fué fácil pero ahora era una persona diferente, había cambiado para bien.
—Yo también te amo mucho, no sabría que sería de mi si no te hubiera conocido, pero estoy feliz de que éste pirata tan guapo me haya encontrado, o quizás que le prestó atención a la joya más opaca y que ahora brilla en todo su esplendor.
Ambos se miraron y sin ninguna duda, sellaron sus labios, moviendolos con nada más que cariño y sin segundas intenciones.
Se separaron y frotaron sus narices en forma de mimos.
Para cada uno, tenían en frente lo más importante del mundo.
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