—¡Papi! MinHo me está molestando — una pequeña pelinegra iva corriendo lo más rápido que podía con sus cortas piernitas hacía los brazos de su padre In.
—¡No es sierto mocosa! —se escuchó un grito proveniente de alguna habitación.
—¡Oh! Ya le daré su merecido a MinHo Hyung— aseguró cargandolo y comenzando a repartir pequeños besitos por toda la cara de la niña.
—¡Ya! Papi me estás dejando tu baba— JeongIn bajó a la pequeña y en ese momento llegaba su esposo del trabajo.
—¡Ya llegué familia! —exclamó como lo hacía todos los días.
—¡Papi~! —La revoltosa de la casa se removía de los brazos del omega para que lo soltara del todo.
—¿Donde está mi princesa? No la puedo encontrar— HyunJin hacía como que no veía y In reía divertido.
—¡Aquí! —decía mientras daba saltitos y levantaba las manitos para que su papá HyunJin le haga caso.
—¡Oh! Yoo Hyeon, ven acá —HyunJin sonrió y la tomó en brazos para darle vueltas, haciéndo que la pequeña ría.
—¿Y yo Hwang? ¿A mí no me vas a mimar? — MinHo hizo Aparición.
—No, tu tienes a JiSung, y yo tengo a mis dos amores— respondió sacándole la lengua infantilmente.
Había pasado tres años, y la família vivía feliz von su hija. Cada momento lo atesoraban Muy especialmente y justo se venía otro que sería la cereza del pastel.
—Innie, ¿estás algo bien? Te veo algo pálido —preguntó un día HyunJin.
Estaban acostados en su comoda cama después de hacer el amor, aprovechándo que Hyeon se había quedado con sus abuelos.
—Creo que ni, hace tiempo que me vengo sintiendo algo raro —hizo pucherito por su malestar y su omega exigía mimos por parte del alfa.
—Quizas deberíamos ir a ver que te hagan una revisión—dijo preocupado, pero el castaño se posicionó sobre su esposo, enterrando su cabeza en el cuello para poder oler la fragancia que tanto amaba de su alfa.
—mmm... Después. Primero quiero cariñitos Jinnie— respondió pero no sin antes dejarle un beso en los labios.
Levantó la cabeza y se sonrieron, sintiendo como sus corazones latian frenéticamente y sus lobos se sacudían felizmente.
Antes de volver a juntas sus labios, JeongIn salió corriendo directo al baño, producto de una arcada.
—¿Que pasó? —HyunJin entró al baño y ayudo a su omega frotando su espalda.
Una vez mas limpio y calmado, regresaron a la cama para volver a acurrucarse.
—HyunJinnie... —Llamó JeingIn.
—¿Si?
—Creo que tengo otro pedacito de cielo.
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