¿Gil es nombre o apellido?

XII

Misión descubriendo el nombre de Gil
Intento no. 9
3 de septiembre de 2018
10:50am
Receso

Suena el timbre de receso, Sebas corre a alcanzar a Karina, yo a Gil.

—Anda, ríete todo lo que quieras —me dice cuando me ve.

—¿Por qué debería reírme, Gilberto? —pregunto un poco confundida.

—"Triple G" "Talla extra"—dice serio.

—Sigo sin entender, ¿Gil viene de tu nombre, no? —cuando digo esto voltea a verme sorprendido.

—Sí, viene de Gilberto. —Trata de disimular. Tomo la lista de participaciones que sigue en su lugar— ¡Sofi!

Intenta quitármela, me subo a un lugar, no me podría hacer nada con el riesgo de que caiga, lo encuentro.

Gil García Gilberto.

"Triple G"... bajo y se la entrego, Gil está serio, se sienta en su lugar, luce derrotado.

—Perdón —le entrego la lista.

—Algún día lo iban a saber —dice resignado.

—¿Te molestaban por eso? —asiente.

—Cuando estaba en quinto grado mi peso no era lo que los doctores llamarían "ideal", a pesar de eso todo iba bien, era el gordito buena onda —intenta restarle importancia al asunto— mi peso nunca me había causado algún problema hasta que llegó un niño y se dio cuenta del juego entre las iniciales de mis nombres, así nació el "Triple G". Poco a poco todo empezó a cambiar y mi vida se volvió un auténtico infierno. Cada mañana despertaba y en mi mente ideaba mil planes para no ir a la escuela, planes que nunca llevaba a cabo para no levantar sospechas ante mis papás. Pasó un año y llegó mi segundo hermanito, Nico, todos estábamos felices al principio —sonríe con melancolía, rápidamente desaparece aquella sonrisa— hasta que las cosas en la escuela empeoraron, los apodos cada vez eran peores y ahora que necesitaba ayuda veía a mis papás demasiado alegres y ocupados como para pinchar esa burbuja. Seguí resistiendo, dos largos años... —una lágrima corre sobre su lunar, me siento en el pequeño espacio que queda en su lugar y lo abrazo por los hombros— soporté hasta que un día mientras estaba en el baño llegaron unos niños, me tomaron de las manos y uno de ellos metió un dulce largo en mi garganta hasta hacerme vomitar, antes de irse me dijeron "te estamos haciendo un favor", ese día le pedí a mis papás que fueran por mí, tenía miedo de que en el siguiente receso volvieran a hacer lo mismo... pasé una semana encerrado en mi cuarto rogando por no volver a pisar aquel infierno, incapaz de contarle a mis papás por el miedo de que me fueran a tomar por cobarde y me culparan de todo lo que estaba pasando... —se detiene unos segundos, comienzo a darle unas palmaditas al igual que él lo hizo cuando lo necesité— Tienes razón, esas palmaditas son como para dormir... —nuevamente sonríe con tristeza.

—Te lo dije —intento decir con un tono liviano. Sonríe con pesar.

—En fin... logré tomar coraje de alguna parte y le conté a mis papás, me cambiaron de escuela, me llevaron con varios, psicólogos y nutriólogos y empecé a ocultar mi nombre completo para evitar que alguien volviera a inventar un apodo. Ahora tengo la teoría de que después de casi tres años de eso, mamá, papá y Leo hicieron alguna especie de complot para presionarme a enfrentarlo.

—¿Leo es tu hermano? —Asiente— Si sirve de algo no creo que nadie más sepa que Gil es nombre y apellido.

—Siendo honesto yo tampoco.

—Soy buena cómplice, si quieres seguir ocultándolo te puedo ayudar, empezando porque me dejes tener la lista de participaciones el próximo periodo —suena el timbre, baja la cabeza y seca sus últimas lágrimas.

—No, ya me cansé de ser un cobarde.

—Esa es la actitud, ¡que se atrevan a inventar un buen apodo! —su risa habitual regresa, empuño mi mano, él hace lo mismo.

Poco a poco nuestros compañeros comienzan a entrar, veo como Sebas viene acompañado de Elisa, quien seguramente intenta darle algunas palabras de apoyo, al parecer terminó con Karina.

—¡Ven! —le digo tirando de su muñeca.

—¿A dónde?

—A luchar contra la indiferencia. —Se para y corremos a alcanzar a Sebas, él necesita unas palmaditas.