Las crònicas de la niña Reina: Meredith y la bruja Escarlata

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«Tengo acorralada a la mocosa reina» pensó la bruja Escarlata, segura de sí misma después de haberla perseguido durante casi una hora.

Detrás de la niña reina se abría el precipicio que indicaba el final del camino.

La bruja Escarlata se sentía triunfadora. Pero cuando se preparaba para destruirla, una macabra sonrisa en el rostro infantil la alertó.

Y entonces lo vio y tembló de pavor.

Emergia del abismo, llegaba Gabriel el Dragón. La niña le tendió una trampa. 

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