Capítulo 7

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Cerré el cuaderno y lo oculté debajo de mi almohada antes de bajar a enfrentar a Jan y sus interrogantes. Esas hojas debían ser leídas con más tiempo, calma y atención en un lugar con suficiente privacidad, por lo que decidí que después de la cena estaría bien hacerlo en mi habitación. En el fondo sabía que no era correcto, que debía respetar la privacidad de Sam, sin embargo... ella no había respetado la mía.

¿Ojo por ojo?

Estaba actuando de una manera algo inmadura, lo sabía, pero quería contestar todas esas dudas que tenía acerca de ella y su extraña lista de cosas y creía que esa era la única oportunidad en la que lo lograría. Una vez que bajé, Jan y Derek me observaron despistados.

—¿Qué pasó? —preguntó Derek. Yo suponía que se encontraba confuso por la repentina huida de Sam, ya que él nos había encontrado muy... amistosos, se podría decir.

—Nada. La llamaron y tuvo que retirarse —musité. No era del todo mentira. Me encogí de hombros para restar importancia y tomé asiento en la mesa.

—Mmmm. —Esa fue Jan con su sonido raro de nuevo. Reí.

—Deja de hacer eso.

—¿Hacer qué? —cuestionó con su falsa inocencia girando sobre sus pies y empezando a servir la comida.

Negué divertido y jugueteé con el montón de pasta en mi plato. Comimos en un silencio cómodo, hasta que Jan me recordó lo que había estado evitando.

—Mañana tienes cita con el oncólogo. —Dio una mordida a su rebanada de pizza sin despegar sus ojos de mí. Suspiré resignado.

—Ya qué.

—Dean...

—Lo sé, lo sé. Sí iré después de la escuela, lo prometo.

Jan me observó satisfecha con mi contestación y volvió al ataque de su comida mientras Derek la observaba con una sonrisa divertida en el rostro.

Me gustaba mucho ver el amor incondicional que se profesaban. Fue genial ver cómo Derek siempre estuvo ahí apoyando a mi hermana cuando las cosas se ponían difíciles, sosteniéndola cuando tropezaba y sujetándola para que no cayera.

Él fue su soga de salvación en el precipicio de problemas que la abrumaban, lo suficientemente fuerte y estable para sujetarla y no romperse él mismo en el proceso. Y yo me encontraba feliz de que eso los hubiera unido, porque la gente que está contigo en los tiempos más difíciles, es aquella que siempre se queda a tu lado.

Unas risas me devolvieron a la realidad y me encontré a Derek sosteniendo el vientre de Jan, quien hacía una mueca. Ambos me miraron emocionados.

—Están pateando al mismo tiempo —dijo él.

Sonreí. Esperaba ser capaz de poder tener algún día lo que ellos, era una de las cosas que más quería en la vida.

***

Una vez en mi habitación, cerré la puerta, encendí las luces y busqué la misteriosa lista, la que tanto me había intrigado cuando escuché a Sam hablar de ella. Me puse cómodo sobre la cama y tomé una profunda respiración antes de empezar.

Era algo tonto estar nervioso por solo una lista, pero así era como me encontraba en ese momento. Ansioso. Abrí el cuaderno y empecé a leer.


"Cosas que no debo hacer si quiero evitar un corazón roto"

1- NO convivir mucho tiempo con chicos lindos y amables.

Vencedor [PQY #2] ✔ versión 2014Donde viven las historias. Descúbrelo ahora