Epílogo

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Evan estaba en un espiral de felicidad, la ceremonia estaba siendo muy festiva y entre los cuerpos de sus compañeros, moviéndose al ritmo de la música pop que su hermana había puesto, para que el aquelarre bailara ahora que comenzó a anochecer.

Caleb estaba siendo muy relajado, abrazándolos y besándolos cuando quisiera o aceptándolos. Evan al principio se sintió inseguro a su alrededor con tantos ojos sobre ellos pero cuando Caleb les contó sobre su charla con la mujer de relaciones públicas lo había besado profundamente allí delante de todos.

Era un paso que nunca se lo había imaginado. Caleb no había salido del closet y mientras la ceremonia empezaba, hablaron sobre estar de acuerdo que no iban a anunciarlo pero tampoco ocultarse. Saldría cuando tenía que salir, no es como si los periodistas estuviesen sobre sus culos las veinticuatro horas siete.

El roce de ambos cuerpos sobre el suyo estaba calentándole, agradecía que la luz de la ceremonia era tenue así nadie podía ver su miembro erecto, sólo Caleb podía sentirlo sobre su muslo y sabía que estaba disfrutando de ello.

—Quiero reclamarlos. —había susurrado en su oído Caleb, Evan y Andrés pararon sus movimientos para mirarlos.

— ¿Enserio? —Caleb lo miró a los ojos y no había necesidad de que respondiese. Todo lo que sentía por ellos estaba allí, escrito su rostro y Evan estalló de felicidad y sabía que no era el único.

En un segundo él y Caleb fueron tomando de las manos y llevados a su casa, que estaba media cuadra por suerte, la placidez de Andrés podía verse en su rápido caminar y su gran sonrisa cada vez que volteaba a verlos.

Ellos rieron por su alegría. La anticipación antes de entrar a la casa había aumentado el calor, ni bien pasaron la puerta sus manos estaban deshaciéndose de la camiseta de Caleb recorriendo la piel morena del hombre, apretando sus palmas contra aquellos músculos definidos. Había un par de manos desprendiendo su camisa y miró a Andrés cuando su cabeza fue volteada a un lado y su boca tomada por su hombre, su lengua empujando la suya besándolo profunda y lentamente. Caleb había comenzado a besar cada piel libre, no sentía sus manos así que supuso que estaba tocando a Andrés. Su cuerpo temblaba de la pasión que sus compañeros le generaban, él estaba siendo el centro de atención y le gustaba pero quería hacerles sentir bien a ellos también.

Rompió el beso y dijo: — Llevemos esto a la habitación. —Por muy caliente que se estaban poniendo las cosas no quería una reclamación en la entrada de la casa, no otra vez.

Lidero el caminó, yendo con rapidez hacia el cuarto y cuando entró mandó a Andrés a la cama.

—Sube. —señaló el regazo del hombre a Caleb, este lo miró sorprendido y hubo unos segundos de dudas antes de hacer lo que dijo. Ver el gran cuerpo de Caleb a horcajadas sobre Andrés era excitante, ellos comenzaron a besarse y las manos de su compañero vampiro se pasearon por su ancha espalda antes de enterrarlas en el pantalón, acariciando sus nalgas bajo la ropa. Evan sonrió, Caleb y Andrés podían llevarse bien pero aun había una pared entre ellos y creía que está era la mejor manera de romper ese retraimiento, ellos volcaban la mayor atención a él, especialmente Caleb, y no creía que fuera justo. Tenían que acostumbrarse uno al otro.

Mientras los miraba se desvistió y luego se dispuso hacer lo mismo con ellos. Les quitó sus zapatos, medias y con ayuda le quito los pantalones a Caleb. Se lamió los labios al ver ese cuerpo expuestos, observando entre ellos podía ver el pene erecto del futbolista escondidos por sus bóxer. Se metió entre las piernas de Caleb, besando y chupan la piel de su nuca y espalda, su mano había bajado para darle la libertad a la verga dura de Caleb, masajeándole de arriba abajo, sacándole gemidos atrapados en su garganta.

Vale la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora