Capítulo Trece

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Capítulo trece

En su casa todo estaba tranquilo. Habían terminado con las pruebas psicológicas para los últimos candidatos, era preferible evitar algún líder narcisista o psicópata o con grandes sueños, como volver a alimentarse de sangre mordiendo a los humanos y no en bolsas. Eso sería una catástrofe, quedarían expuesto o al menos traería pánico en los humanos. Mientras que al morder a los cambiaformas y otros seres la herida desaparecía, en los humanos sólo cicatrizaba. Por algo existía los mitos sobre los vampiros.

Sus vacaciones lo había, más o menos, alejado de los medios por lo que no estaba siendo perseguido por las últimas noticias. Aunque no sería a él al que perseguirían con insistencia, excitados por tener la primicia.

Suspiró, Malik se había ido a casa de sus tíos, ellos vivían en el campo criando ganado, sin sus compañeros. Todd y Xavier no se veían muy bien la última vez que los vio, y aunque había intentado hablar con Malik, este hizo caso omiso a sus consejos. Sabía que tarde o temprano Malik los iba a perdonar pero nada ni nadie podía obligarlo a tomar una decisión lo más rápido posible. Les dijo a Todd y Xavier que tendrían que aguantarse y darle el tiempo que su compañero necesitaba. No lo tomaron muy bien, gruñeron todo el tiempo pero eran amigos así que sabía que nunca le harían daño.

Luego de beber dos tazas calientes de sangre donada, se duchó y se cambió a algo más casual. Una camiseta negra con pantalones negros y un par de zapatillas, recogió su cabello en una coleta y volteó a mirar a sus dos compañeros. Ellos se veían hermosos juntos, todo ese par de músculos duros, entrelazados y desnudos hacían una erótica y adorable imagen.

Quería dejarlos dormir. El día anterior había sido un día lleno de reuniones y comidas en familia, terminando por una pequeña diversión caliente antes de dormir. Ellos aun no habían hecho el amor profundamente, o si fuera más especifico, no hubo ninguna penetración. Los dedos no contaban.

No habían hablado sobre enlazarse, unirse para el resto de su vida pero Evan estaba bien con lo que tenía hasta ahora. Claramente, no iban a restaurantes o salir a pasear por la calle pero Caleb no se refugiaba en la casa. Fueron a comer con sus padres, Johan y Sam estaban ahí cuando llegaron. Su madre estaba tensa y nerviosa al principio pero luego se relajo y eso le dio esperanzas a Evan, y su padre fue un excelente anfitrión.

Salió de su casa encontrándose con su padre y hermano.

—Buen día. —Saludó. — ¿Qué tal las pruebas? —Preguntó mientras empezaron a caminar a la chancha, donde todos esperaban para votar. Hoy era el día que se decidía quien iba a ser el líder. Los candidatos finales eran Brian, Mauricio y Sam, y el hombre tenía los votos asegurados de él, Johan y su compañero, Sam. Su padre decidió no votar y dejarlo al pueblo la decisión, sus palabras.

—Nada preocupante. Brian puede ser algo machista e idiota pero no es un peligro para la sociedad, Mauricio tiene un comportamiento rudo pero se debe a que estuvo en el ejército y Sam, obeso compulsivo.

Evan miró raro a su padre.

—No obeso, papá, obsesivo-compulsivo. —Corrigió Johan. —Tiene TOC, pero dijo que esta controlándolo y no es un obstáculo para que sea un líder... A menos que le entre el pánico si tiene que luchar y se ve envuelto en sangre y viseras.

—No ha pasado esa barbaridad desde el siglo XVIII. —Tanto Johan como su padre encogieron sus hombros.

—Todo puede pasar, podemos ser civilizados ahora pero no olvides lo que somos y de donde vinimos. Tenemos un instinto muy salvaje que hemos aprendido a controlar con el tiempo, sólo se necesita un alborotador con buen habla para manipular a los demás y causar caos.

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