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JungKook era un estudiante de segundo año de universidad. Las personas podrían decir a menudo que era un infantil y que no había madurado para tener la edad que tenía, pero a él poco le importaba. Su odio estaba justificado y aumentando cada día más. Su fascinación era publicar cosas en redes sociales sobre lo mal que Kim NamJoon le caía. Sin embargo, sus amigos se han dedicado a molestarlo desde que se enteraron que era él quien estaba detrás de todas esas publicaciones. Maldijo el momento en que eso pasó. Seguiría en anonimato si no hubiese dejado su celular desbloqueado y con la aplicación abierta.

—¡Eres tú! —Había exclamado su amigo JiMin—. ¿Desde cuándo lo odias? Es un buen sujeto y...

JungKook lo interrumpió dándole un golpe en su cabeza. —Buen tipo. Sí, claro.

Posteriormente se enteró YoonGi y Jin, sus otros amigos. Dándole paso a una guerra interminable de arruinar sus publicaciones; los detestaba, pero eran sus amigos...

Aún así, el odio que estaba sintiendo ahora era mucho comparado con los demás días. Kim NamJoon jamás había hecho caso a ninguno de sus tweets, pero tuvo la decencia de hacer caso al de JiMin. Y no es que le importase si alguna vez Kim NamJoon le hacía caso o no, porque eso no limitaba su odio para nada.

Un fuerte suspiro salió de sus labios en cuanto se dio cuenta que el tweet correspondiente estaba teniendo demasiadas interacciones por parte de sus compañeros de la universidad. ¿Es que esos no tenían nada más que hacer? Se reclinó sobre su asiento alcochonado, y decidió que era mejor ponerse a ver anime en su computadora que seguir viendo todo eso.

Un grito de su madre le avisó que ya había llegado y que necesitaba ayuda con las compras, así que se encaminó hasta el primer piso para ayudarla.

—Ayúdame con esas —dijo su madre con un gesta de cabeza señalando algunas del suelo mientras que sostenía otras en sus manos—. A la cocina.

JungKook lo hizo. Tomó las bolsas y fue tras ella. Su madre ya estaba acomodando la despensa en la alacena y demás.

—¿Y ya te bañaste? —le preguntó su madre mientras estaba con lo suyo.

Le tomó unos segundos a JungKook responder, en lo que ponía los ojos en blanco. —En media hora.

—Son las siete de la noche. No te vayas a dormir así nada más.

—Mamá... —rezongó Kook—. No soy un niño —murmuró.

—No te lo diría, si fueses más responsable y... —Su madre negó con la cabeza—. En realidad, apestas. ¿Hace cuánto no te bañas?

—¿En verdad quieres saberlo? —retó JungKook con una sonrisa en su rostro.

Él alcanzó a esquivar una bolsa de nueces que fue lanzada juguetonamente contra su cuerpo. Sólo rió.

—Me encontré con Namjoonie hoy en el super —mencionó su madre cuando lo recordó.

JungKook se tensó. —Ya te dije que no le llames así, mamá...

—Uy.

—Y... ¿qué te dijo? —preguntó como quien no quiere la cosa.

—Me ayudó con las bolsas y me dijo que te mandaba saludos —contestó su madre siguiendo con guardar las cosas—. Aún no entiendo porqué ya no te llevas con él a como antes.

—Nunca nos llevamos bien —dijo algo tajante.

—No es así como lo recuerdo.

—¿Sabes qué? Creo que es hora de irme a bañar —resolvió JungKook dando media vuelta y saliendo de ahí.

—Cuando te conviene, ¿verdad? —murmuró su madre y soltando un respiro después.

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«TwitahLove» [NamKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora